La película, un drama de espionaje dirigido por Ben Affleck, narra la arriesgada operación de un ex oficial de la CIA en 1979 en Irán, basada en un hecho real.
El filme "Argo," un drama de espionaje dirigido por Ben Affleck, premio Oscar, narra la historia de un ex oficial de la CIA, Antonio Méndez, y su temerario plan de liberar a seis diplomáticos estadounidenses escondidos en Teherán durante la crisis de los rehenes de 1979.
El 4 de noviembre de ese año, los diplomáticos estadounidenses no previeron que su embajada sería tomada, y 52 de ellos fueron secuestrados pero seis lograron escapar. “Argo” se centra en la operación clandestina de la CIA para rescatarlos.
Aunque los estadounidenses se ocultaron en la residencia del embajador canadiense, Méndez, un oficial de la CIA radicado en EE.UU. urdió el complot para liberarlos.
Con ayuda de un productor de Hollywood y un maquillista, Méndez inventó una falsa película y un viaje para escoger un sitio de filmación en Teherán.
Los estadounidenses ocultos tenían 72 horas para memorizar todo sobre sus nuevas identidades, incluyendo sus biografías y presuntos papeles en la película.
De hecho el filme es fascinante porque ocurrió en realidad.
Es difícil imaginar que el Tony Méndez real, un apacible caballero que vivía en un tranquilo sitio rural de Maryland, era un agente de la CIA que llevó a cabo tretas tan peligrosas como esa a lo largo de su carrera.
“En general algunas de las mejores ideas que uno ve en ficción, en el filme, están basadas en operaciones reales”, dice Méndez.
Por sus servicios, Méndez recibió una alta condecoración de la CIA. Pero esa información estuvo clasificada hasta principios de los años 1990.
“Uno puede haber salvado al mundo, pero tiene que sentarse allí y como que sonreír y decir: bueno, lo hicimos otra vez y esta vez nadie va a morir”, dice Méndez.
Después de todos estos años en secreto, Méndez puede contemplar ahora cómo Ben Affleck interpreta el papel que él tuvo en la realidad.
Al ver la película el espectador queda impresionado por la resolución del ex espía en cumplir su deber sin importarle el peligro.
El 4 de noviembre de ese año, los diplomáticos estadounidenses no previeron que su embajada sería tomada, y 52 de ellos fueron secuestrados pero seis lograron escapar. “Argo” se centra en la operación clandestina de la CIA para rescatarlos.
Aunque los estadounidenses se ocultaron en la residencia del embajador canadiense, Méndez, un oficial de la CIA radicado en EE.UU. urdió el complot para liberarlos.
Con ayuda de un productor de Hollywood y un maquillista, Méndez inventó una falsa película y un viaje para escoger un sitio de filmación en Teherán.
Los estadounidenses ocultos tenían 72 horas para memorizar todo sobre sus nuevas identidades, incluyendo sus biografías y presuntos papeles en la película.
De hecho el filme es fascinante porque ocurrió en realidad.
Es difícil imaginar que el Tony Méndez real, un apacible caballero que vivía en un tranquilo sitio rural de Maryland, era un agente de la CIA que llevó a cabo tretas tan peligrosas como esa a lo largo de su carrera.
“En general algunas de las mejores ideas que uno ve en ficción, en el filme, están basadas en operaciones reales”, dice Méndez.
Por sus servicios, Méndez recibió una alta condecoración de la CIA. Pero esa información estuvo clasificada hasta principios de los años 1990.
“Uno puede haber salvado al mundo, pero tiene que sentarse allí y como que sonreír y decir: bueno, lo hicimos otra vez y esta vez nadie va a morir”, dice Méndez.
Después de todos estos años en secreto, Méndez puede contemplar ahora cómo Ben Affleck interpreta el papel que él tuvo en la realidad.
Al ver la película el espectador queda impresionado por la resolución del ex espía en cumplir su deber sin importarle el peligro.
Your browser doesn’t support HTML5