Suman 145 los cadáveres hallados en Tamaulipas, México, desde finales de marzo, después de que las autoridades confirmaran el hallazgo de 23 cuerpos más en otras 12 fosas clandestinas en el municipio de San Fernando.
El informe de la Procuraduría General de Tamaulipas indica que las muertes ocurrieron de uno a dos meses antes de ser encontradas.
Por otro lado, los 16 policías municipales investigados por el asesinato y la inhumación de personas declararon ante la justicia sobre su participación en los homicidios. La procuradora general de México, Marisela Morales los acusó de presumiblemente proteger y encubrir a la banda criminal de Los Zetas, a la que la que las autoridades atribuyen la autoría de los crímenes.
Hoy continúa el proceso contra los policías detenidos, si bien no son los únicos, ya que 35 personas han sido arrestadas en conexión con los asesinatos.
Entretanto, en el occidente del país, en el estado de Michoacán, se encontraron los cuerpos torturados de ocho hombres abandonados en una pila a orillas de un camino. Todos ellos con heridas de bala en la cabeza.
Michoacán es el estado de nacimiento del presidente Felipe Calderón y ha sido escenario de sangrientos actos de violencia relacionados con el tráfico de drogas. El estado es también base del cártel conocido como La Familia.