Un hombre armado al volante de un camión de 19 toneladas atropelló a una multitud que celebraba el jueves el Día de la Bastilla en la ciudad francesa de Niza, matando al menos a 84 personas y dejando 202 de heridos en lo que el presidente François Hollande llamó un acto terrorista.
Horas más tarde, el mandatario informaba que al menos 50 de los heridos están "entre la vida y la muerte", 25 de ellos en estado de coma. El fiscal de París también dijo que entre los muertos hay 10 niños y adolescentes.
El ataque ocurrió en la famosa Promenade des Anglas —el Paseo de los Ingleses— a orillas del Mediterráneo. La gente se había reunido para ver un espectáculo de fuegos artificiales por el día nacional de Francia.
Según testigos, el camión se subió a la acera y avanzó unos dos kilómetros atropellando a decenas de espectadores a su paso.
El atacante fue identificado como Mohamed Lahouaiej Bouhel, de 31 años, nacido en Túnez y naturalizado francés que vivía en Niza. Era casado y tenía tres hijos, aunque al parecer su matrimonio se había acabado y vivía solo. Trabajaba como conductor de camiones y su camión tenía una placa con su nombre.
De acuerdo a las autoridades, Bouhel abrió fuego antes de que la policía lo matara. Era conocido por las fuerzas de seguridad por delitos comunes, pero no por los servicios de inteligencia. Tampoco estaba en ninguna lista de vigilancia.
La policía estaba tratando de establecer si el conductor tuvo cómplices en una ciudad con una reputación de activismo islamista. No ha habido reivindicación del ataque el viernes por la mañana.
El ataque, que se produce ocho meses y un día después de que hombres armados y suicidas del Estado Islámico atacaran París un viernes por la noche, parece ser obra de un solo atacante.
En un discurso a todo el país en la madrugada, el presidente Hollande convocó a reservistas del Ejército y la policía para que releven a las fuerzas agotadas tras ocho meses de estado emergencia, que entró en vigor después de que el grupo mató a 130 personas en la capital en noviembre.
Horas antes, Hollande había anunciado que el estado de emergencia finalizaría al terminar julio, pero el presidente dijo que tras el ataque, en el que varios niños murieron, sería ampliado otros tres meses.
"Francia tiene una gran tristeza debido a esta nueva tragedia", declaró Hollande.
Hollande dijo que la tragedia, el día que Francia celebra la toma revolucionaria de la prisión de la Bastilla en 1789 en París, era un ataque a la libertad por fanáticos que desprecian los derechos humanos.
No obstante, Francia continuará con las operaciones militares en Siria e Irak contra el Estado Islámico.