El secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, dijo en un comunicado que ha habido una “disminución sin precedente” en el tráfico de personas indocumentados en la frontera suroeste de Estados Unidos durante el mes de febrero.
Kelly presentó un informe sobre el primer mes completo tras la aplicación del decreto firmado por el presidente Donald Trump en su primera semana de gobierno que ordena la detención y deportación inmediata de inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
Según Kelly, el flujo de indocumentados cruzando la frontera, medido a partir de las detenciones y la vigilancia, cayó un 40%.
El cambio parece significativo porque en esta época del año, de enero a febrero, históricamente hay entre un 10 y un 20 por ciento de incremento en el número de aprehensiones. En cambio este año esa cifra cayó de 31.578 personas el año anterior a 18.762 —un 40%.
“Estas son buenas noticias porque significa que muchas menos personas y sus familias están poniéndose en riesgo de ser explotados, asaltados y heridos por traficantes de humanos o de exponerse a los peligros de un peligroso viaje hacia el norte”, dijo Kelly.
El secretario dijo también que como resultado del endurecimiento de las medidas para detener a los inmigrantes indocumentados que ya viven en Estados Unidos, los “coyotes” han aumentado sus tarifas un 130%, de unos $3.500 dólares que cobran por introducir a una persona a Estados Unidos, a $8.000 en ciertas regiones montañosas.
En el período entre el 1 de octubre de 2016 y la investidura del presidente Donald Trump se reportaron 157.000 detenciones de inmigrantes indocumentados —un aumento de un 35% con respecto al año pasado, que incluía un 100% de aumento en el número de familias.
Kelly termina su comunicado reiterado que de acuerdo sus órdenes, el Departamento de Seguridad Nacional “sigue comprometido con llevar a cabo una justa, imparcial y humana ejecución de las leyes inmigratorias del país”.