Según un reporte de la agencia meteorológica de la ONU, la reducción de los caudales de los ríos en el mundo cayó a mínimos históricos, lo que pone en peligro el suministro de agua para la humanidad.
“Primero, el 2023 fue el año más seco para los ríos del mundo en 33 años. Segundo, los glaciares de todo el mundo perdieron la mayor cantidad de agua en los últimos 50 años y tercero, el ciclo del agua se está volviendo más errático”, declaró Celeste Saulo, Secretaria general de la Organización Mundial de Meteorología.
Los principales ríos en el mundo, tales como Mississippi, Ganges, Mekong y los de la cuenca del Amazonas, están en niveles críticos. Unos 3.600 millones de personas enfrentan un acceso limitado al agua durante al menos un mes al año y para 2050 esta cifra podría aumentar a 5 mil millones, según la agencia de la ONU. En Manaos, Brasil, habitantes junto al río Madeiro ya sienten los efectos.
“En esta agua no se puede bañar. Para conseguir agua para beber tenemos que salir fuera de la comunidad y a veces ni siquiera allí. Antes la conseguíamos de una estación afuera, pero ya no hay agua, toca conseguirla de las lanchas”, dijo Gracita Barbosa, habitante de Manaos, Brasil.
Según el informe de la ONU, el calor récord del año pasado también resultó en las mayores pérdidas de masa de los glaciares del mundo en 50 años y en general, el 50% de las cuencas hidrográficas mundiales mostraron condiciones anormales, lo que redujo la disponibilidad de agua para la agricultura y la industria.
“Los caudales altos del verano provenientes de los glaciares que se derriten desaparecerán, porque ya no habrá almacenamiento. Por lo tanto, si el glaciar desaparece, eso cambia completamente el régimen hidrológico. Cambia completamente las condiciones de los ecosistemas y la disponibilidad de agua para los agricultores, etc.”, afirmó Stefan Uhlenbrook, Director de hidrología de la Organización Mundial de Meteorología.
Ángela González, Voz de América