En Fotos | Necoclí se adapta a la migración masiva

La caña de azúcar es uno de los productos más consumidos por los migrantes cubanos y haitianos en el puerto de Necoclí, quienes empacan este tradicional producto agrícola para consumirlo en su travesía por la selva del Tapón del Darién.

Equipados con tiendas de campaña, colchonetas, plásticos para la lluvia, entre otros enseres, los migrantes arriban al muelle de Capurganá en la frontera con Panamá.

Los migrantes empacan sus pertenencias personales en bolsas plásticas para atravesar el golfo de Urabá. En temporada de lluvia las olas pueden superar los 10 metros de altura.

Autoridades colombianas y panameñas se reunirán para coordinar un plan de trabajo y así mitigar los impactos que esta migración masiva genera en sus territorios. Los migrantes no tiene otra opción que esperar para continuar su camino.

Con la construcción del segundo muelle en Necoclí se solventa parte del represamiento de migrantes en la región del Urabá Antioqueño, en Colombia.

Otro de los grandes problemas que ha causado la migración masiva es el incremento en la producción de basura. Según el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón, el municipio tiene 17 toneladas represas debido a la llegada de los migrantes.

Muchos de estos migrantes provenientes de Brasil y Chile llegan a Colombia inmunizados contra el COVID-19, sin embargo el municipio teme a un nuevo rebrote debido a las aglomeraciones.

El dólar es la moneda con la que los migrantes pagan bienes y servicios durante su travesía migratoria, lo que causa precios inflados y personas inescrupulosas que abusan de esto.

Todos los días es común ver las oficinas de SAS Caribe repletas de migrantes y turistas. Es la única empresa autorizada para el funcionamiento en Necoclí y transporta entre 800 y 1.000 migrantes al día.

La Policía de Colombia acompaña a los migrantes durante su tránsito por el país para garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes.