El fiscal alemán Christoph Kumpa dijo que los documentos en poder de su oficina no muestran que el copiloto alemán Andreas Lubitz haya sido un peligro para nadie ni que haya tenido alguna enfermedad "orgánica".
Kumpa aseguró también que no se ha encontrado ninguna carta de despedida ni prueba de que haya conversado con alguien sobre lo que planeaba hacer, pero confirmó que Lubitz fue tratado por tendencias suicidas hace algunos años.
Quizá la única revelación que parecería grave fue el hecho de que el alemán estuvo bajo tratamiento psiquiátrico antes de trabajar para Germanwings, una indicación de que tenía problemas mentales.
Las autoridades europeas se han centrado en el estado psicológico del copiloto alemán de 27 años quien presuntamente estrelló un avión de la aerolínea Germanwings con 150 pasajeros a bordo contra los Alpes franceses.
“Haber llevado a cabo un acto así, es claramente algo psicológico”, dijo el investigador policial francés, Jean-Pierre Michel, a la Associated Press.
Las autoridades francesas se han rehusado a confirmar o negar los reportes que sugieren que Lubitz estaba siendo medicado por padecer de depresión o algún otro problema mental.
Tampoco se negaron a comentar el domingo sobre otro reporte del periódico alemán Bild am Sontag que asegura que el regresar el piloto y tratar de entrar de nuevo a la cabina gritó “¡Por el amor de dios, abre la maldita puerta!”.
De igual manera se dijo que hasta ahora ninguno de los cuerpos encontrados han sido identificados, negando así los reportes de los medios alemanes de que el cuerpo de Lubitz había sido hallado. Una vez esto suceda, se podrían hacer pruebas para probar si estaba tomando medicamentos.
Mientras tanto, las autoridades francesas construyen un acceso al lugar del accidente para facilitar la búsqueda y rescate de cuerpos y evidencias.
Parte de información ha sido tomado de la agencia AP.