Miembros de 500 familias inmigrantes realizarán durante dos semanas un recorrido a lo largo del país para exigir y promover la reforma migratoria al gobierno de Estados Unidos.
En siete autobuses, miembros de unas 500 familias de inmigrantes afectadas por deportaciones iniciarán un recorrido a lo largo y ancho del país para exigir al Congreso que acelere la aprobación de la reforma migratoria.
Durante dos semanas, este grupo de inmigrantes planea compartir sus experiencias en manifestaciones y conferencias de prensa, iniciando en la ciudad de Chicago, pasando por Seattle, Los Ángeles y otros 19 estados del país.
El recorrido, organizado por la coalición Fair Inmigration Reform Movement, terminará en Washington DC, el próximo 13 de marzo de 2013.
"Creemos que a menudo los congresistas ponen la política por encima de las personas y lo queremos nosotros con este viaje es que las familias sean el enfoque principal del debate migratorio", dijo Kica Matos, directora de Derechos de los Inmigrantes y Justicia Racial para el Centro por el Cambio de la Comunidad (Center for Community Change).
Esta es otra de las muchas iniciativas en las últimas semanas que exigen al gobierno del presidente Barack Obama, que apruebe una reforma para que unos 11 millones de inmigrantes sin documentos legales obtengan la ciudadanía estadounidense.
Durante dos semanas, este grupo de inmigrantes planea compartir sus experiencias en manifestaciones y conferencias de prensa, iniciando en la ciudad de Chicago, pasando por Seattle, Los Ángeles y otros 19 estados del país.
El recorrido, organizado por la coalición Fair Inmigration Reform Movement, terminará en Washington DC, el próximo 13 de marzo de 2013.
"Creemos que a menudo los congresistas ponen la política por encima de las personas y lo queremos nosotros con este viaje es que las familias sean el enfoque principal del debate migratorio", dijo Kica Matos, directora de Derechos de los Inmigrantes y Justicia Racial para el Centro por el Cambio de la Comunidad (Center for Community Change).
Esta es otra de las muchas iniciativas en las últimas semanas que exigen al gobierno del presidente Barack Obama, que apruebe una reforma para que unos 11 millones de inmigrantes sin documentos legales obtengan la ciudadanía estadounidense.