El gobernador del estado de California planea anunciar el miércoles una moratoria sobre la ejecución de las sentencias de muerte.
En declaraciones preparadas vistas por las organizaciones de noticias antes del anuncio oficial, el gobernador Gavin Newsom dice: "El asesinato intencional de otra persona está mal".
Cita casos de personas inocentes condenadas por delitos que no cometieron, y en ocasiones incluso fueron ejecutadas.
Newsom también dice que los casos que involucran la pena capital afectan de manera desproporcionada a las minorías, los enfermos mentales y aquellos que no tienen suficiente dinero para una representación legal costosa.
La moratoria implicará una orden ejecutiva para retirar el protocolo de inyección letal del Estado.
El presidente Donald Trump atacó el miércoles al gobernador de California por su plan de imponer una moratoria estatal para llevar a cabo condenas a muerte contra asesinos convictos.
Trump, dijo en Twitter: "Desafiando a los votantes, el gobernador de California detendrá todas las ejecuciones de pena de muerte de 737 asesinos a sangre fría. Los amigos y familiares de las VÍCTIMAS siempre olvidadas no están encantados, ¡y yo tampoco!"
Ninguno de los 737 reclusos que se encuentran actualmente en el corredor de la muerte en California será liberado ni sus sentencias cambiarán. California ejecutó por última vez a un preso en 2006.
Los grupos de derechos elogiaron la decisión de Newsom.
Alison Parker, directora general de Human Rights Watch en Estados Unidos, dijo que el gobernador "ha tomado una posición moral firme" y que el grupo espera que otros estados sigan sus acciones.
Han surgido críticas de algunas organizaciones policiales.
Michelle Hanisee, presidente de la Asociación de Fiscales de Distrito Adjuntos, calificó la moratoria de Newsom de "apresurada y mal considerada" y dijo que iba en contra de la voluntad de la gente de California.
En 2016, fracasó una iniciativa de votación que hubiera terminado con la pena de muerte en el estado, mientras que otra para acelerar el proceso a menudo prolongado fue aprobada por estrecho margen.
La pena capital ha sido abolida por 20 de los 50 estados de EE.UU. Los gobernadores de Pensilvania y Oregon han instituido sus propias moratorias para detener las ejecuciones.
Hubo 25 ejecuciones en Estados Unidos el año pasado, según datos del Centro de Información sobre Penas de Muerte. Trece de esos casos fueron en Texas.