Mientras los países afectados por el ciberataque mundial que afectó a 99 países hacen todo lo posible para evitar que los programas maliciosos se propaguen, el G7 de Finanzas acordó incrementar la cooperación para contrarrestar las amenazas cibernéticas.
Al término de la reunión de los siete países más industrializados del mundo, que se llevó a cabo en Italia, el ministro de Economía y Finanzas del país anfitrión, Pier Carlo Padoan, indicó el sábado que "a la luz del ciberataque global" del viernes se ha compartido el sentimiento de que "la seguridad es un bien político y global" y "se ha reafirmado la voluntad de todos los países del G7 de tener un papel de guía en esta cuestión".
El ministro italiano agregó que hoy estuvo muy presente el problema de cómo reforzar a las entidades financieras y a las empresas frente a los ataques y delitos cometidos a través de internet y de hecho el documento final reconoce como "elemento clave" potenciar "la resiliencia cibernética de las instituciones financieras individuales y del sector financiero en su conjunto".
Al respecto, el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Vizco, dijo que hasta el momento no tenían confirmación que el ciberataque haya atacado al sistema bancario de Italia, pero que estaban vigilantes.
Telefónica en España reportó daños por el virus, así como también la compañía Renault que tuvo que detener la producción en varios sitios en Francia.
"El sector privado carece por sí solo de capacidad para hacer frente a estas amenazas por lo que requiere de una actuación también gubernamental y de otros organismos internacionales", subrayó Vizco.
La policía de la Unión Europea, Europol, informó el sábado en un comunicado que trabaja con los países afectados por el ciberataque global con “ransomware” para controlar la amenaza y ayudar a las víctimas.
El “ransomware” es un tipo de programa informático malicioso que bloquea una computadora y típicamente proyecta mensajes en los que se exige un pago para desbloquear el acceso a los archivos del usuario.