Las naciones industrializadas del Grupo de los Siete (G7) rechazaron el miércoles el resultado de la elección presidencial de Venezuela, diciendo que la victoria de Nicolás Maduro carece de "legitimidad y credibilidad" y piden una nueva votación.
En una declaración conjunta, los líderes del G7, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, junto con la Unión Europea, dijeron que "están unidos en rechazar el proceso electoral" que condujo a la votación del 20 de mayo.
"Al no cumplir con los estándares internacionales aceptados y no asegurar las garantías básicas para un proceso inclusivo, justo y democrático, esta elección y su resultado carecen de legitimidad y credibilidad", afirmaron.
"Por lo tanto, denunciamos las elecciones presidenciales venezolanas, y su resultado, ya que no es representativo de la voluntad democrática de los ciudadanos de Venezuela".
La elección fue ampliamente condenada por la comunidad internacional como una farsa. Maduro ganó con el 68% de los votos, pero las elecciones fueron boicoteadas por los principales partidos de la oposición y tuvieron una alta tasa de abstención.
Estados Unidos ya endureció las sanciones contra Venezuela después de la elección, mientras que la UE dijo que estaba sopesando nuevas sanciones.
Los 14 países del Grupo Lima, que incluye a Argentina, Brasil y Canadá, que recibirán a los líderes del G7 el 8 y 9 de junio, también se niegan a reconocer el resultado.
Igualmente, la votación del domingo 20 de mayo en Venezuela ha sido rechazada por Holanda, que ha dicho que no las reconocerá; Chile, que además de no reconocerlas anunció que está sopesando si envía embajador a Venezuela; y Ecuador, que después de mucho debate interno, emitió un comunicado en el que destaca la tranquilidad de los comicios, expresa preocupación por la "difícil situación", del pueblo venezolano y las "condiciones de participación de la oposición", y hace un llamado al diálogo y a la reconciliación.
Cabe anotar que Chile no tiene actualmente embajador en Venezuela. El embajador de Chile en Caracas, Pedro Ramírez, fue llamado a consultas por el gobierno de Michelle Bachelet, en abril del año pasado, para informar sobre la situación en Venezuela, y no retornó más a la embajada en la capital venezolana.
En Washington, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo el miércoles que la expulsión de dos diplomáticos estadounidenses de Venezuela "recibirá una respuesta rápida", pero no ofreció detalles sobre qué medidas estaba considerando Washington.
Las expulsiones son la más reciente escalada de tensiones entre los dos países, después de que Estados Unidos decidió sanciones contra el país petrolero en respuesta a elecciones que Washington criticó como una "farsa".