Obama reactiva el cierre de Guantánamo

100 de los 166 presos de Guantánamo se encuentran en huelga de hambre como protesta en contra de presuntas torturas.

El presidente Barack Obama da un nuevo paso en su promesa de campaña de cerrar la Base Naval de Guantánamo y nombra a un enviado especial desde el Departamento de Estado.
El presidente Barack Obama anunció el nombramiento de un renombrado abogado de Washington, con amplia experiencia en las diferentes áreas de gobierno como enviado especial del Departamento de Estado para cerrar Guantánamo.

Asesor informal del secretario de Estado John Kerry y socio del despacho de abogados Sckadden, Arps, Slate, Meagher and Flom LLP, Clifford Sloan será el encargado de reabrir la Oficina del Departamento de Estado para el cierre de Guantánamo que dejó de operar el pasado enero.

Según Associated Press, debido a la oposición del Congreso con respecto al cierre de Guantánamo, el gobierno se vio obligado a cerrar esta oficina y las funciones de esta fueron asumidas por la oficina del asesor legal del Departamento de Estado.

El cierre de Guantánamo es una de las promesas más importantes de la campaña de Obama del 2008. A finales de mayo, el mandatario aseguró el nombramiento de enviados especiales tanto desde el Departamento de Estado como del Pentágono para llevar a cabo la clausura de la cárcel militar. Por el momento, no se conocen nombramientos por parte del Pentágono.

El nombramiento de Sloan se hace público tras la aprobación, por parte de la Cámara de Representantes, de un proyecto de ley de presupuesto de defensa por valor de $638.000 millones de dólares que evitaría el cierre de la cárcel. Este proyecto se aprobó a pesar de las amenazas por parte de la Casa Blanca de vetar la votación quien asegura que los costes de mantener Guantánamo en funcionamiento son altamente elevados.

El nombre de Sloan aparece también el mismo día que se inicia una nueva ronda de visitas en la Base Naval para preparar el juicio de Jalid Sheij Mohamed, considerado el cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Las presuntas torturas y el trato generalizado que los presos alegan haber recibido en la cárcel se añaden a un juicio ya de por sí complejo, lleno de mociones muy técnicas y muchas dificultades procesales, en el que el presunto terrorista Jalid Sheij Mohamed y cuatro de sus cómplices, también presos en Guantánamo, se enfrentan a una condena de pena de muerte por los atentado del 11S.