La tormenta tropical Franklin avanzaba por el mar Caribe el lunes, y las autoridades de Haití y República Dominicana advertieron a sus habitantes que se preparen para inundaciones y deslaves.
La tormenta se ubicaba la tarde del lunes a unos 465 kilómetros (290 millas) al sur de Santo Domingo, la capital de la República Dominicana, y tenía vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros por hora (50 millas por hora). Se desplazaba en dirección oeste a 7 km/h (5 mph), pero se prevé que vire bruscamente hacia el norte el martes.
Se prevé que Franklin se fortalecerá antes de tocar tierra a primeras horas del miércoles en La Española, la isla que comparten la República Dominicana y Haití.
Los pronósticos indican que Franklin arrojará hasta 25 centímetros (10 pulgadas) de lluvia en ambos países, y hasta 38 centímetros (15 pulgadas) en zonas aisladas. La posibilidad de lluvias torrenciales causa preocupación en Haití, dado que el país se inunda fácilmente debido a la severa erosión terrestre. Más de 40 personas murieron en junio tras un día de aguaceros torrenciales derivados de una tormenta.
“El riesgo de deslaves allí es horrendo”, dijo Phil Klotzbach, meteorólogo de la Universidad Estatal de Colorado, quien destacó que una tormenta de lento avance representa un enorme peligro para Haití, debido a la falta de árboles.
Varios haitianos en la capital Puerto Príncipe dijeron a The Associated Press que no tenían conocimiento de que se acercaba una tormenta tropical, a pesar de que las autoridades han publicado advertencias en las redes sociales.
También lea Actividad inusual en el trópico con 5 sistemas de tormentasMarie Christine Bonjour, una vendedora de ropa usada de 39 años, dijo que no había hecho ningún preparativo.
“Dios es el único plan. Él nos cuidará a mí y a mis hijos”, declaró. “No hay nada que pueda hacer”.
La tormenta se aproxima mientras más de 200.000 haitianos se encuentran desplazados, teniéndose que quedar con familiares o en albergues improvisados, debido a que sus casas han sido incendiadas u ocupadas por los conflictos entre pandillas.
“Espero que Dios lleve a esta tormenta en otra dirección”, dijo la vendedora ambulante Anne Jean-Pierre, de 45 años. “No podemos resistir más”.
Jean-Pierre, quien ya tuvo que mudarse dos veces debido a la violencia de las pandillas, dijo que guardará sus documentos importantes en una bolsa de plástico debido a que vive en una zona que se inunda fácilmente.