Ocho personas, que al parecer formaban parte de un grupo de origen paramilitar vinculado con el narcotráfico en Colombia, murieron en un enfrentamiento y sus cuerpos fueron arrojados en una zona rural de la ciudad de Cúcuta, limítrofe con Venezuela, informó la policía este domingo.
Los cadáveres fueron abandonados en el paraje Palmarito, pero -según las autoridades- las muertes se produjeron en el lado venezolano de la frontera.
El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, dijo a la prensa que la “primera hipótesis” sugiere que las ocho personas eran parte de Los Rastrojos, una agrupación que en el pasado combatió clandestinamente a las guerrillas izquierdistas y que ahora opera como una estructura armada del narcotráfico.
El grupo habría sostenido un enfrentamiento “con sujetos del ELN al otro lado de la frontera”, afirmó el oficial, quien agregó que los hombres fallecieron hace “48 horas” aproximadamente, a causa de heridas de bala.
En el área común entre Colombia y Venezuela operan, además de Los Rastrojos, rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias del Ejército Popular de Liberación (EPL), una guerrilla de influencia maoísta cuyo grueso se desmovilizó en los años noventa.
Estas organizaciones se disputan el control de rutas del narcotráfico y las rentas derivadas de otras actividades ilegales, como el contrabando de combustible venezolano.
En su cuenta de Twitter, la alcaldía de Cúcuta instó al gobierno nacional a que "tome acciones en la zona del Catatumbo, de la cual Palmarito es la puerta de entrada”.
Una de las áreas con más narcocultivos en Colombia, principal productor mundial de cocaína, Catatumbo, enfrenta una nueva etapa de violencia tras el desarme de las FARC, la otrora poderosa guerrilla marxista que firmó la paz en 2016 y desalojó varios puntos del país donde históricamente ejerció influencia, ante el abandono o la debilidad del Estado.