Los judíos en todo el mundo comenzaron a celebrar Hanukkah, un festival de ocho días que conmemora antiguos milagros y simboliza el triunfo sobre la opresión.
El festival comenzó el domingo al caer el sol, cuando las familias se reunieron para iluminar la primera vela de un candelabro ceremonial e intercambiar regalos.
La menora es el candelabro tradicional usado para celebrar la festividad que conmemora la victoria de Judah Maccabee y sus seguidores en una revuelta en la antigua Judea contra ejércitos del imperio seléucida en el segundo siglo antes de Cristo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asistió a la ceremonia anual en el Muro de los Lamentos en el área de la ciudad vieja de Jerusalén, el sitio más sagrado donde los judíos pueden orar.