Con solamente una semana para las elecciones y cuando 45 millones de estadounidenses ya han emitido su voto, ambos candidatos realizan sus últimos esfuerzos de esta campaña presidencial.
En Washington, frente a la Casa Blanca, Kamala Harris tuvo el discurso de clausura de su campaña en el mismo lugar donde Trump, el seis de enero de 2021, habló antes del asalto al Capitolio.
Para la demócrata, fue un momento simbólico para marcar una diferencia con el republicano, donde, frente a más de 75.000 personas, instó a la nación a dejar atrás la división violenta y mirar al futuro.
“El primer día, si es elegido, Donald Trump entrará en esa oficina con una lista de enemigos. Cuando yo sea elegida, entraré con una lista de cosas por hacer, llena de prioridades sobre lo que haré por el pueblo estadounidense. Haré cosas por el pueblo estadounidense y trabajaré con todos.”
Entre tanto, Donald Trump hizo campaña en Pensilvania, un estado clave que perdió ante el presidente Biden en 2020. Allí prometió que con él, Estados Unidos se encontrará mejor.
“Terminaremos con la inflación, detendremos la invasión de criminales en nuestro país y recuperaremos el sueño americano haciéndolo juntos, Pensilvania. Nuestro país será más grande, mejor, más audaz, más rico, más seguro y más fuerte que nunca.”
Al mismo tiempo, el expresidente ha recibido duras críticas tras una letanía de comentarios misóginos y racistas de oradores, incluso definir Puerto Rico como una isla basura, durante su mitin del domingo en Nueva York. Trump, el martes, trató de limitar las repercusiones.
“Fue como una fiesta de amor, una absoluta fiesta de amor.”
El lunes, personas sin identificar incendiaron dos urnas electorales en el estado de Washington, destruyendo cientos de papeletas en lo que un funcionario llamó un “ataque directo a la democracia”.