La vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump se enfocan directamente en los estados indecisos, a los que esperan inclinar a su favor este año, y ambos tratan de expandir sus estrechas vías a la victoria en una campaña presidencial muy cerrada.
Harris tiene la vista puesta en Carolina del Norte, donde ha programado mítines en Charlotte y Greensboro el jueves, en sus primeros eventos políticos tras animar a sus simpatizantes con su desempeño en el debate del martes. Su equipo trabaja para convertir los momentos clave del debate en nuevos anuncios televisivos y digitales, y promete más viajes a estados en disputa.
Trump se dirige al oeste, a Tucson, Arizona, mientras busca estabilizar su campaña, que sigue teniendo dificultades para recalibrarse cerca de dos meses después de que Harris reemplazara al presente Joe Biden como candidata del Partido Demócrata. Aunque el equipo de Harris ha dicho que ella está dispuesta a participar en otro debate, el candidato republicano no ha dicho nada al respecto.
“¿Tendremos un nuevo encuentro?”, dijo Trump el miércoles. “No lo sé”.
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Los candidatos realizan lluvias de ideas un día después de conmemorar el aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, una sombría ocasión que proporcionó un breve respiro para la política partidista en una veloz temporada de campaña.
En una estación de bomberos de Shanksville, Pensilvania, cerca del sitio donde se estrelló el vuelo 93 de United Airlines, cuando los pasajeros contraatacaron a los secuestradores, Trump posó en fotografías con niños que vestían camisetas de campaña. En una de ellas, se proclamaba que la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, Biden y Harris eran “la tonta, el más tonto y la tontísima.”
Biden y Harris visitaron la misma estación de bomberos más temprano ese mismo día. Alguien le ofreció a Biden una gorra de béisbol roja, blanca y azul que decía “Trump 2024”, y sugirió que el presidente la usara para demostrar su compromiso con la unidad bipartidista. Biden se la puso brevemente y mostró una amplia sonrisa.
Unos cuantos estados en disputa decidirán el resultado de la elección.
Los demócratas no han ganado los votos electorales de Carolina del Norte desde 2008, cuando el presidente Barack Obama fue electo por primera vez. Sin embargo, el margen de victoria de Trump en 2020, de 1,3 puntos porcentuales, fue la victoria más cerrada en ese año en cualquier estado, y los demócratas esperan que la creciente y diversa población de Carolina del Norte les dé la ventaja en esta ocasión.
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