La depresión tropical Harvey se debilitó el jueves al avanzar hacia el interior de Louisiana, dejando detrás al menos 35 muertos, 17 desaparecidos, 32.000 damnificados, graves inundaciones y la explosión de una planta química en Houston.
El Centro de Operaciones de Emergencia del Condado Harris, donde se encuentra Houston, confirmó la madrugada de este jueves dos explosiones y la salida de humo negro de la planta química de Arkema en Crosby, unos 40 kilómetros (25 millas) al nordeste de Houston.
La explosión, que ocurrió a las 2:00 a.m. ya había sido advertida como inminente por la empresa francesa. Un oficial de la policía tuvo que ser hospitalizado tras inhalar vapores emanados de la planta y otras ocho personas estaban bajo observación.
La instalación inundada se quedó sin electricidad y sus generadores de emergencia dejaron de funcionar, suspendiendo la refrigeración de unos productos químicos que se vuelven inestables al subir la temperatura, explicó una portavoz de la planta de Arkema Inc.
“El incendio ocurrirá. Será similar a un fuego de gasolina. Será de naturaleza explosiva e intensa”, había indicado a The Associated Press Janet Smith, vocera de la compañía francesa propietaria de las instalaciones.
Los últimos empleados del recinto evacuaron el martes y se pidió a los residentes en 2,4 kilómetros a la redonda que se marcharan.
Sale el sol
Pero un cielo despejado en Houston llevó algo de alivio el miércoles a la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos tras cinco días de lluvias catastróficas.
Algunos residentes regresaron de a poco a sus vecindarios donde las calles estuvieron impasables, para ver lo que Harvey hizo a sus casas. El cuadro no fue muy halagador para muchos: cuartos llenos de muebles destruidos, pisos y alfombras cubiertos de lodo, televisores flotando en el agua, fotos y recuerdos destruidos. Para ellos no había nada que limpiar sino más bien mucho que comenzar de nuevo.
El Departamento de Bomberos de Houston dijo que comenzará este jueves un esfuerzo cuadra en miles de viviendas inundadas para garantizar que “no se deja a nadie atrás”, indicó el jefe asistente de bomberos, Richard Mann. También buscan recuperar más cuerpos.
Y con la noticia el miércoles por la noche del primer vuelo que salió de Houston desde que comenzó la tormenta, el alcalde de la ciudad, Sylvester Turner, se atrevió a prometer que el puerto marítimo de Houston reabra pronto.
La tormenta
Mientras tanto, los meteorólogos rebajaron a Harvey de tormenta a depresión tropical el miércoles por la noche, pero el sistema aún puede descargar mucha lluvia y causar daños. Se esperaban entre 10 y 20 centímetros (de 4 a 8 pulgadas) de agua desde la zona de la frontera entre Louisiana y Texas hasta Tennesse y Kentucky para el viernes. Algunas zonas podrían recibir hasta hasta 30 centímetros (1 pie) de agua, aumentando el riesgo de nuevas inundaciones.
Para gran parte del área de Houston, los meteorólogos afirman que la lluvia prácticamente llegó a su fin.
“Tenemos buenas noticias”, dijo Jeff Lindner, meteorólogo para el Distrito del Control de Inundaciones del Condado Harris. “Los niveles de agua van en descenso”.
Con todo, se prevé que Harvey sea uno de los desastres naturales más costosos en la historia de Estados Unidos, lo que presenta al gobierno del presidente Donald Trump retos para la entrega de ayuda humanitaria y reconstrucción.