Llega durante las horas del día…Hoy es otra rutina en las alturas para Mario Campos, un ecuatoriano que encontró un mejor salario limpiando ventanas, atado a un arnés y balanceándose en los rascacielos de Manhattan.
“Me he enseñado a eso, hay ciertas personas que no tienen la misma capacidad para hacer esos trabajos. A mí me preguntan, me dicen que una persona está loca porque se va a tirar, pero ya depende de cada persona de lo que le gusta, es como algo extremo”, comenta Mario Campos, Limpia ventanas ecuatoriano.
La capacitación para estas tareas de alto riesgo en algunos casos es gratuita y es uno de los trabajos que buscan los migrantes.
“Normalmente ellos tienen que aprender por su cuenta, ver cómo se hace, ver a los demás y lo uno lo básico, poner esto que es un cilindro, más que todo a usarlo, pero la práctica ellos tienen que tenerlo en las ventanas porque de nada sirve que ya puedo tirarme sino tiene la práctica para limpiar”, dice Ricardo Rodríguez, Limpia ventanas e Instructor hondureño.
“Va lo que mandan, los que nos enseñan en el OSHA cuando recibes las capacitaciones y todo y a que poner en práctica las enseñanzas que nos enseñan porque sin eso vamos, que si no sabemos ahí sí nos pasa un accidente”, continúa Campos.
Motivados por el pago, muchos se juegan la vida en las alturas. Según reportes, en los últimos tres años al menos dos personas han muerto limpiando ventanas en edificios neoyorquinos. Mario terminó 15 hileras antes de bajar para tomar su hora de almuerzo.
Rocco Camaj, quién murió en los ataques del 11 de septiembre del 2001 cuando limpiaba vidrios, se convirtió en la imagen de los que limpian ventanas en la ciudad. Ángela González, Voz de América, Nueva York.