Un panel de historiadores creado para estudiar el ataque en la Olimpiada de Múnich de 1972 inició este martes su misión para evaluar lo sucedido antes, durante y después de los sucesos de hace cinco décadas, informó el gobierno alemán.
El Ministerio del Interior alemán designó la comisión internacional de ocho expertos, la mayoría de ellos residentes en Alemania o Israel. Fue parte de un acuerdo con familiares de los 11 deportistas israelíes asesinados por los milicianos palestinos.
El panel sostuvo su primera reunión este martes en el Ministerio del Interior, donde la ministra Nancy Faeser prometió que “finalmente, los sucesos en torno a este ataque terrible serán examinados de manera exhaustiva y transparente”.
“Las recomendaciones de los investigadores deben dar respuestas a muchas preguntas no resueltas, respuestas que el gobierno alemán debe a los familiares de las víctimas y el público desde hace más de 50 años”, dijo Faeser en un comunicado.
El ministerio dijo que habrá “publicaciones y eventos periódicamente”.
También lea Interpol: un centenario ensombrecido por las críticas a sus alertas rojasEn septiembre, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier ofreció disculpas por las numerosas fallas del gobierno alemán antes, durante y después del ataque, en una ceremonia con su homólogo israelí y familiares de los deportistas asesinados por los 50 años del suceso.
Días antes, un acuerdo para pagar a los familiares una indemnización de 28 millones de euros (30 millones de dólares) detuvo una amenaza de boicotear el evento. La suma incluyó pagos por montos mucho menores, efectuados anteriormente.
Alemania aceptó reconocer las fallas de las autoridades en ese momento y crear la comisión de expertos.
El 5 de septiembre de 1972, un grupo palestino llamado Septiembre Negro saltó la cerca no vigilada de la villa olímpica e irrumpió en el edificio donde se alojaba el equipo israelí. Algunos deportistas lograron escapar, pero nueve quedaron como rehenes.
Los secuestradores exigieron la libertad de 200 palestinos en cárceles israelíes y de dos extremistas de izquierda en prisiones de Alemania Occidental. Exigieron además un avión para viajar a El Cairo. Después de negociar durante un día, se permitió a los comandos y sus rehenes partir en dos helicópteros hacia el aeropuerto de Fuerstenfeldbruck, en las afueras de Múnich.
Francotiradores abrieron fuego en el aeropuerto. Los comandos arrojaron una granada a uno de los helicópteros que transportaban rehenes, que explotó, y mataron a tiros a los rehenes en el otro. En el ataque fallido también murieron un agente de policía alemán y cinco milicianos.
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