A pesar de encontrarse a miles de kilómetros de su natal ciudad, Leópolis (Lviv), la ucraniana Solomiya Hrytsenyak vive la guerra de su país muy de cerca, con el mismo dolor y la misma incertidumbre que su familia y amigos.
Incluso, estos efectos de la guerra han llegado a tocar su puerta, pues recientemente se ha encargado de ayudar para que algunos de sus compatriotas lleguen a Francia, en busca de un refugio. Muchas de ellas, mujeres.
“En este momento, hay muchas mujeres obligadas de partir y abandonar sus esposas porque los esposos tienen a proteger Ucrania”, dice Hrytsenyak.
Una de las historias que contó a la Voz de América, esta joven de 26 años, quien desde hace casi seis meses estudia en la Universidad de la Sorbona en París, la protagoniza Tanya Kobuta, la hermana de una gran amiga, y su hija Marta, de cinco años.
“Ella se fue de Ucrania hace unos días. Vivían en Ivano-Frankivsk, una ciudad en el oeste de Ucrania. Ahora, en el oeste de Ucrania la situación es bastante tranquila, pero al inicio de la guerra hubo una explosión cerca del aeropuerto de su ciudad y, por eso, la hija de cinco años estaba muy asustada y las constantes sirenas sonaban todos los días o mandaban el estrés y la niña comenzó a tener miedo de cualquier sonido fuerte y, por lo tanto, la familia decidió que estaría mejor para su salud alejarla de las llamas”, dijo Solomiya a la Voz de América.
Your browser doesn’t support HTML5
Se las arreglaron para llegar a Polonia y encontrar allí un alojamiento temporal, pero la joven ucraniana, desde París, busca un hogar para ellas. Detrás dejaron al esposo y padre, respectivamente, también en Ucrania quedaron los abuelos.
La estudiante explica que la madre de Tamya "también ha decidido quedarse y ayudar al ejército ucraniano. De hecho, todos estarán que ganamos la guerra pronto, pero si la situación empeora, su madre también vendrá a Europa”.
Por ahora, Solomiya busca la mejor manera para que ambas comiencen una mejor vida en Francia. Eso sí, con la esperanza de volver a su país.
“Es muy importante para todos los ucranianos saber que no estamos solos en este momento. La situación de mi amiga no es única. Muchas mujeres tienen que dejar de las casas y los esposos en Ucrania, y lo que es importante es que en Ucrania, muchas mujeres y niños mueren durante las explosiones, y el mundo tiene que ayudar a Ucrania y el mundo quiere ayudar a Ucrania y frenar esta guerra”, dice la joven.
Como dice Hrytsenyak, esta historia no es única. También contó a la Voz de América que recibió la solicitud de ayuda una mujer que estuvo más de una semana en un albergue con cuatro niños de 2 a 15 años y no podía salir de su ciudad debido a los bombardeos.
En búsqueda de albergue
La Voz de América también tuvo contacto con Lesia Yevdokimova, una profesora ucraniana, quien residía en Járkiv, la segunda mayor ciudad de Ucrania y una de las ciudades más golpeada por las tropas rusas.
“Járkiv es mi ciudad natal, esta en mi corazón. De primer día de la guerra estábamos en el sótano, con mucho frío y humedad. Y pasar las noches allí es bastante difícil para mí. Tengo problemas con riñones. Oír los sistemas de misiles Grad, ver edificios, escuelas, casas destruidos: horrible”, contó Yevdokimova a la VOA el viernes, a través de WhatsApp, debido a que en ese momento su conexión a Internet era débil.
Lesia contó que el viernes salió por primera vez de casa: “Fui al supermercado para comprar la comida y me sorprendí mucho, no había nada, solo me daban una barra de pan por una persona y ya, no pude comprar nada más”.
Días después, no soportó más y tuvo que salir de su país. Hasta el lunes, se encontraba en Varsovia: “Tengo tanto estrés que no puedo dormir aquí”, escribió, antes de salir a otra ciudad.
Your browser doesn’t support HTML5
Una historia parecida vive Anna Adara, quien también salió de Járkiv hacia Lviv, para estar a salvo. Por problemas de conexión, también se comunicó, en principio con la VOA, a través de WhatsApp. Su destino es muy similar al de otras mujeres en este contexto de guerra: dejar su vida atrás para poder sobrevivir.
Tiene 20 años y dice que su vida en Járkiv era simple y sencilla. Estudiaba, trabajaba hacía videos de TikTok (red social). Se reunía con sus amigos, aprendía idiomas practicaba deportes. "Simplemente la vida normal", contó la joven, en entrevista con la Voz de América.
Your browser doesn’t support HTML5
Jamás imaginó tener que vivir la guerra de cerca: “Nunca en mi vida, incluso en mis peores pesadillas lo hubiera pensado. Los primeros días fueron muy tensos, la primera noche que... fue el 24 de febrero, la pasamos en el refugio antiaéreo y esa fue una de las peores noches de mi vida. Tuvimos que dormir en el polvo y el barro, en el piso desnudos, solo en la manta y teníamos miedo, que fue lo peor”.
Dice que lo más impactante ha sido que vivir la muerte de cerca. Incluso, recuerda con tristeza cómo, hace un par de días, el esposo de la colega de mi madre había muerto debido a las heridas: "Y su hija pequeña no tiene padre ahora", puntualiza.
La decisión salir de su ciudad, cuenta, fue familiar y aunque dice sentir un poco de culpa al saber que otras personas están en peligro, se aliviana un poco al saber que por ahora ayuda con donaciones al Ejército. Y, al tener muchos seguidores en sus redes sociales, informa desde allí lo que pasa en su país.
"Siento que estoy luchando en el frente informativo porque, debido a que soy una creadora de Tik Tok, tengo Instagram. Tengo muchos seguidores rusos en Instagram y les digo la verdad. Les estoy informando de lo que está pasando porque, ya sabes, las noticias rusas dicen que nos están salvando de alguien y toda esa porquería", cuenta sin tapujos.
Your browser doesn’t support HTML5
Tras 18 horas de andar por carretera, en un trayecto "extremadamente agotador" con embotellamientos de horas y, tras ver pasar a su lado niños, mujeres, familias enteras tratando de huir y "salvar sus vidas", Anna ya está a salvo en Lviv.
Por ahora, se radicará en Polonia, pero está segura de regresar a su país: "Después de la victoria, planeo volver a Kharkiv y ayudar a construirla. Estoy segura de que ganaremos… Ni siquiera consideraría otra opción porque las tropas rusas en nuestra tierra, y los rusos que decidieron que atacar a Ucrania era una gran idea, se han perdido una cosa muy importante, que Ucrania no es solo un pedazo de tierra, no pueden simplemente venir aquí y decir 'te conquistamos'".
"El punto clave es que la única forma de conquistar Ucrania es hacer que todos los ucranianos desaparezcan un día de repente porque mientras el último ucraniano esté vivo, Ucrania estará invicta", agrega con tristeza y la voz entrecortada, pero con la convicción de que lo único que sueña, en este momento de su vida, es volver a casa.
Your browser doesn’t support HTML5
Ucranianos sigue huyendo
La cantidad de personas que huyeron de Ucrania desde que comenzó la invasión la semana pasada alcanzó los 2 millones el martes, según la agencia de refugiados de la ONU, en lo que llamaron la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los destinos más comunes son Polonia, Hungría, Moldavia, Rumania y otros países europeos, y la mayoría mujeres y niños. Un decreto del gobierno prohíbe a los hombres de entre 18 y 60 años salir del país y se están quedando para luchar.
La cifra de bajas civiles en Ucrania hasta el domingo 6 de marzo era de 406 muertos y 801 heridos, de acuerdo a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
De los 406 muertos, 77 hombres, 45 mujeres, 8 niños y 4 niñas, así como 15 niños y 257 adultos cuyo sexo aún se desconoce.
Entre los 801 heridos hay 72 hombres, 51 mujeres, 11 niñas y 2 niños, así como 29 niños y 636 adultos cuyo sexo aún se desconoce.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.