Honduras vota con normalidad

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que no aceptara volver al poder porque validaría las elecciones.

El próximo 2 de diciembre el Congreso de Honduras debatirá si restituye a Zelaya en el poder.

La jornada electoral en Honduras se está realizando con relativa calma, más allá de algún incidente aislado, donde en su mayoría los ciudadanos están asistiendo en forma constante a los centro de votación para elegir entre los cinco candidatos que se postulan para la presidencia del país.

Las votaciones fueron abiertas a las siete de la mañana y hasta el momento solamente se ha registrado un incidente de relevancia, cuando partidarios del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya, se enfrentaron con la policía en la ciudad de San Pedro Sula.

Los enfrentamientos se produjeron cuando un grupo de manifestantes protestaba contra la celebración de las elecciones presidenciales y comenzaron a arrojar piedras que produjeron la rotura de vidrieras de comercios, lo que generó que la policía respondiera arrojando gases lacrimógenos.

Los manifestantes apoyaban el pedido de Zelaya de abstenerse de votar. Desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra refugiado desde hace dos meses y desde donde saldrá en enero para exiliarse en Nicaragua, Zelaya dijo que el proceso electoral "tiene que repetirse” y reclamó a Estados Unidos “rectificar su posición” y pidió “anular” el acto electoral.

Más de 4 millones 600 mil hondureños estaban habilitados para votar para elegir al nuevo presidente de Hondruas, que sustituirá al gobierno de facto que dirige al país desde que Zelaya fuera derrocado el pasado 28 de junio. Durante la jornada electoral, el presidente de facto, Roberto Micheletti, llamó a la población a votar asegurando que “hay garantías” para ejercer el voto.

El favorito de las encuestas, Porfirio Lobo candidato del Partido Nacional, que en las elecciones anteriores fue derrotado en forma ajustada por Zelaya, votó en su ciudad natal de Juticalpa, a 125 kilómetros al este de la capital, Tegucigalpa, donde dijo que la elección “marca un paso hacia un gobierno de unidad nacional que deberá cambiar todo".

Por su parte, el ex-vicepresidente en el gobierno de Zelaya, Elvin Ernesto Santos, quien se distanció del ex-mandatario para presentarse como candidato del Partido Liberal, al votar en el instituto de enseñanza bilingüe Elvel School, manifestó su alegría por los comicios a los que calificó como “un gran esfuerzo de unidad en la familia hondureña”.

En tanto Enrique Ortez, magistrado del Tribunal Supremo Electoral precisó que "las votaciones se están llevando a cabo en paz y tranquilidad”, a la vez que el embajador de los Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens quien visitó la escuela Rafael Pineda Ponce, para observar como se desarrollan las votaciones destacó a la prensa hondureña que "todo esta muy bien organizado”.

Tras el acto electoral, el próximo 2 de diciembre el Congreso de Honduras debatirá si restituye a Zelaya en el poder, ante lo cual el gobernante depuesto advirtió que de darse así, "no acepto la restitución. Sería avalar el golpe de estado y la farsa electoral”, la misma expresión que uso el mandatario venezolano Hugo Chávez para describir el acto electoral hondureño.

Estados Unidos, Perú y Costa Rica, anunciaron esta semana que reconocerán al próximo gobierno si las elecciones se efectúan de una forma transparente y creíble. Otros países, como Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Uruguay, han expresado lo contrario.