¿Fin a la crisis hondureña?

Ahora la restitución de Zelaya está en manos del congreso de Honduras y las elecciones serán reconocidas, pero el fin a la crisis no ha llegado aún.

Si el Congreso Nacional de Honduras aprueba un acuerdo que permite la restitución del destituido Manuel Zelaya a la presidencia del país, sería un paso firme hacia resolver la crisis política ahí.

El presidente de facto Roberto Micheletti aceptó poner en manos de la Suprema Corte y del congreso la restitución, y a cambio las elecciones que se realizarán el 29 de noviembre serán reconocidas por ambos lados.

El acuerdo se completó con la participación de enviados del Departamento de Estado de Estados Unidos.

La Secretaria de Estado Hillary Clinton dijo desde Islamabad, donde se reunía con funcionarios de Pakistán, que ella “no se le ocurre otro ejemplo de ningún país en Latinoamérica que, después de haber sufrido una ruptura en su orden democrático y constitucional, superó tal crisis a través de negociaciones y diálogo”.

Y es cierto que no hay ningún precedente en la historia de América Latina, dijo Adam Isacson, director del Programa de Seguridad en América Latina del Centro para la Política Internacional.

“Ha habido golpes de estado revertidos, como el de Venezuela en el 2002, o el de Guatemala en el 93, pero uno donde el presidente vuelva a través del diálogo, y con Estados Unidos apoyando a un líder que critique a Estados Unidos sólo por principio de la democracia, no hay ningún precedente de ello”, dijo Isacson.

Isacson cree que el congreso aprobará la restitución de Zelaya pues ya cuenta ésta con el “visto bueno” de Micheletti.

Voces hondureñas

Por su parte, Oscar Cáceres, fundador de la organización humanitaria projecthonduras.com, dice que no hay que confundirse y pensar que la decisión de Micheletti significa un “fin a la crisis”.

Cáceres explica que Zelaya no ha sido restituido, sino que simplemente esa decisión ahora está en manos de la Corte Suprema y el Congreso Nacional de Honduras. Además, el problema va más allá de quién esté en la presidencia, dice.

“Es un problema del estatus quo económico en Honduras”, dice Cáceres, quien visita Honduras por lo menos dos veces al año como parte de las actividades para su organización.

“El problema político inmediato yo creo que se va a resolver más que todo después de las elecciones”, agrega. “La gente de Honduras está lista para un cambio”.

Por su parte, S. Elizabeth de Ardón, una ciudadana hondureña que actualmente es voluntaria con la Alianza por Honduras en Paz y Democracia, una organización sin fines de lucro hondureña, también opina que, “la solución en Honduras son las elecciones”.

“Porque es el deseo de la mayoría del pueblo hondureño”, dice ella. “Estamos listos para ir a las urnas y elegir al nuevo presidente”.

Política

El analista Isacson opina que, si el congreso hondureño vota a favor de este acuerdo, habría que felicitar al cuerpo diplomático de EE.UU. por lograr una victoria diplomática, especialmente en estos momentos en que enfatizar la diplomacia para resolver situaciones como la de Irán es importante.

Pero Cáceres cree que el respaldo de EE.UU. del acuerdo hondureño es simplemente para disfrazar el respaldo a las elecciones, lo cual él cree siempre fue la intención estadounidense.

“Lo que sí se va a tener que resolver es el estatus del señor Zelaya; él no puede seguir en la embajada de Brasil toda su vida”, dijo Cáceres.