Michael se intensificó el martes sobre las cálidas aguas del Golfo de México y avanzaba como huracán de categoría 2, mientras crecen los temores de que siga ganando más fuerza antes de tocar tierra en Florida como meteoro de categoría 3 o más.
Se emitieron órdenes de desalojo obligatorio mientras los habitantes de las playas se apresuraron a sellar sus casas justo antes de lo que podría ser un golpe devastador.
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Un avión cazador de huracanes que ingresó al ojo de Michael mientras cruzaba la punta occidental de Cuba, el lunes por la noche, descubrió que sus vientos iban en aumento.
Para las ocho de la mañana del martes, sus vientos máximos sostenidos habían alcanzado los 155 kilómetros por hora (100 millas por hora) y se pronosticó que se fortalecerá aún más, con vientos de hasta 179 km/h (111 mph) capaces de causar daños devastadores.
En conferencia de prensa la mañana del martes, el gobernador Rick Scott advirtió a los residentes a lo largo del noroeste de Florida que el “monstruoso huracán” estaba apenas a unas horas de llegar y que representaba riesgos mortales debido a sus vientos poderosos, marejada ciclónica y lluvias fuertes.
Su opositor en la contienda al Senado de Florida, Bill Nelson, dijo que un “muro de agua” podría generar una destrucción grave en el noroeste de Florida.
Al acercarse Michael, las autoridades emitieron órdenes de desalojo obligatorio la mañana del martes a unas 120.000 personas en la playa de Panama City y a lo largo de las partes bajas de la costa.
Los meteorólogos advirtieron que Michael podría dejar caer hasta 30 centímetros de lluvia (un pie) en el oeste de Cuba, además de que podría provocar una precipitación similar en la zona del Panhandle de Florida, con todo e inundaciones repentinas y deslaves en zonas montañosas.
En Cuba, donde Michael se retiraba el martes, se podían apreciar en el occidente campos de cultivo inundados, carreteras cortadas y al menos media docena de casas rústicas destruidas en Pinar del Río, constató la AP en un recorrido.
Las autoridades cubanas reportaron unas 400 personas evacuadas en las zonas bajas, postes caídos y cortes de energía en el occidente de la isla. El presidente Miguel Díaz Canel encabezó una reunión para evaluar los daños y no se habían reportado pérdidas de vidas.
Las agencias de manejo de desastres de El Salvador, Honduras y Nicaragua reportaron 13 decesos por la caída de tejados y por las crecidas que arrastraron a algunas personas.