Las autoridades de inmigración postergan por un año más la orden de deportación de la madre de Erika Andiola, una activista por la reforma migratoria y exempleada del Congreso.
Erika Andiola, una joven activista que decidió renunciar a su trabajo en el Congreso para dedicarse a la lucha por una reforma inmigratoria, dijo este jueves a la Voz de América que aún no quiere “cantar victoria” en el caso de su madre.
Andiola quiere esperar hasta tener un documento por escrito donde la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) postergue por un año más la orden de deportación de su mamá, programada para fin de mes.
“Creo que ICE se ha sentido presionado por toda la cobertura que los medios de comunicación le han dado al caso de mi mamá. Ellos se comunicaron conmigo y me dijeron que estaban dispuestos a concederle un año más para permanecer en el país, pero luego no hemos tenido ningún contacto”, cuenta Erika.
Luego de una fuerte campaña mediática y el apoyo de varios congresistas quienes firmaron un carta en respaldo a la madre de Erika Andiola, las autoridades de ICE otorgaron el jueves la prórroga para permanecer en el país por un año más.
“Mi exjefa, la congresista Kyrsten Sinema pasó una carta entre los demás congresistas para respaldar el caso de mi mamá y pedir al ICE que cumpla con su palabra. Con ese documento queremos llevar el mensaje de que paren las deportaciones mientras seguimos en la lucha por una reforma migratoria”, expresa Andiola.
“La decisión de ICE de suspender la deportación de mi madre significa que ellos sí tienen el poder de seleccionar quiénes merecen ser deportados y quiénes no. Empiecen por hacer eso mientras continuamos peleando por una reforma porque ésta ha sido una pelea muy larga y en el camino se está deportando a miles de personas de baja prioridad”, explica Andiola.
Andiola es una joven amparada por la orden de Acción Diferida que otorgó el presidente Barack Obama a los llamados “soñadores”.
Su madre, María Guadalupe tenía una orden de deportación pendiente y fue detenida el año pasado por una violación de tráfico junto con su hermano.
Ambos fueron detenidos, pero posteriormente liberados. Ha pasado un año y el peligro de la deportación vuelve al acecho por lo que Erika ha hecho de su trabajo a favor de los inmigrantes una batalla personal que pone el rostro humano de las millones de familias separadas por la falta de una reforma del sistema de inmigración de Estados Unidos.
Andiola quiere esperar hasta tener un documento por escrito donde la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) postergue por un año más la orden de deportación de su mamá, programada para fin de mes.
“Creo que ICE se ha sentido presionado por toda la cobertura que los medios de comunicación le han dado al caso de mi mamá. Ellos se comunicaron conmigo y me dijeron que estaban dispuestos a concederle un año más para permanecer en el país, pero luego no hemos tenido ningún contacto”, cuenta Erika.
Luego de una fuerte campaña mediática y el apoyo de varios congresistas quienes firmaron un carta en respaldo a la madre de Erika Andiola, las autoridades de ICE otorgaron el jueves la prórroga para permanecer en el país por un año más.
“Mi exjefa, la congresista Kyrsten Sinema pasó una carta entre los demás congresistas para respaldar el caso de mi mamá y pedir al ICE que cumpla con su palabra. Con ese documento queremos llevar el mensaje de que paren las deportaciones mientras seguimos en la lucha por una reforma migratoria”, expresa Andiola.
“La decisión de ICE de suspender la deportación de mi madre significa que ellos sí tienen el poder de seleccionar quiénes merecen ser deportados y quiénes no. Empiecen por hacer eso mientras continuamos peleando por una reforma porque ésta ha sido una pelea muy larga y en el camino se está deportando a miles de personas de baja prioridad”, explica Andiola.
Andiola es una joven amparada por la orden de Acción Diferida que otorgó el presidente Barack Obama a los llamados “soñadores”.
Su madre, María Guadalupe tenía una orden de deportación pendiente y fue detenida el año pasado por una violación de tráfico junto con su hermano.
Ambos fueron detenidos, pero posteriormente liberados. Ha pasado un año y el peligro de la deportación vuelve al acecho por lo que Erika ha hecho de su trabajo a favor de los inmigrantes una batalla personal que pone el rostro humano de las millones de familias separadas por la falta de una reforma del sistema de inmigración de Estados Unidos.