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La Corte Constitucional de Corea del Sur retiró del cargo a la destituida presidenta Park Geun-hye, en un fallo unánime que fue transmitido en vivo por la televisión nacional.
"Los beneficios de proteger la Constitución que pueden ser obtenidos al despedir a la acusada son enormemente grandes. Por consiguiente, en una decisión unánime del panel de la corte, nosotros emitimos un veredicto: Despedimos a la acusada, presidenta Park Geun-hye”, dice el fallo leído por la presidenta en funciones de la Corte, Lee Jung-mi.
De acuerdo a la jueza Lee, "los actos de Park de violación a la Constitución y la ley son traición a la confianza pública” y la acusó de conspirar con su antigua confidente, Choi Soon-sil, una civil, para extorsionar millones de dólares a empresas y de permitir que Choi interfiriera en asuntos de estado y tuviera acceso a documentos que contenían secretos de estado.
Park también fue reprendida por falta de cooperación y por ser evasiva en las investigaciones y por intentar evitar que la legislatura actuara como “balance” a su poder ejecutivo. Hasta ahora Park se ha negado a ser interrogada acogiéndose a una ley que da inmunidad a un mandatario en el cargo ante investigaciones.
No estaba claro cuándo intentaría la fiscalía interrogar a la expresidenta.
La caída
La decisión judicial coronó una demoledora caída para Park, primera mandataria mujer de Corea del Sur y que llegó al poder en 2012 impulsada por la nostalgia latente por su padre, que fuera dictador del país.
La decisión del panel de ocho magistrados abre la posibilidad de posibles procesos penales en su contra y la convierte en el primer líder surcoreano elegido democráticamente que es removido del cargo desde que llegó la democracia a la nación a fines de la década de 1980.
También agrava la incertidumbre política y de seguridad en un país que enfrenta una amenaza contra su propia existencia de su eterno rival, Corea del Norte. Además, China ha amenazado con represalias económicas por el despliegue del escudo antimisiles estadounidense THAAD en territorio surcoreano y la llegada del nuevo gobierno estadounidense ha planteado dudas sobre el futuro de la vieja alianza de seguridad entre los dos países.
El abogado de Park, Seo Seok-gu, que antes había comparado la impugnación de la mandataria con la crucifixión de Jesucristo, describió el veredicto como una "decisión trágica" tomada bajo presión popular y cuestionó la imparcialidad del tribunal.
Departamento de Estado
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, emitió un comunicado diciendo que Estados Unidos va “a continuar trabajando con el primer ministro Hwang [Kyo-ahn] por lo que queda de su período como presidente en funciones, y esperamos tener unas relación productiva con quienquiera que el pueblo de Corea del Sur elija como su próximo presidente”.
Corea del Sur debe realizar una elección en un plazo de dos meses para elegir al sucesor de Park.
Cualquiera que se convierta en el próximo líder recibirá un país que enfrenta a un hostil Corea del Norte, una economía estancada y profundas divisiones sociales y políticas.
Encuestas previas al veredicto mostraron que entre el 70 y el 80% de los surcoreanos entrevistados querían que la corte aprobara la destitución de Park. Pero había preocupaciones de que el despido de Park polarizara más al país y ocasionara violencia entre sus partidarios y opositores.
Dos muertos en protestas
Con la percepción de que se haría historia, miles de personas —tanto a favor como en contra de Park— se reunieron alrededor del edificio de la Corte Constitucional y en una enorme plaza pública en el centro de Seúl.
Algunos partidarios de Park reaccionaron con indignación al veredicto, gritando y golpeando a agentes de policía con astas de banderas, además de trepar a autobuses de la policía empleados para crear un perímetro de protección en torno al tribunal.
El bando contrario celebró la noticia marchando cerca de la Casa Azul presidencial con banderas, carteles y un muñeco que representaba a Park vestido con ropa de prisión y atado a una cuerda.
Dos personas murieron cuando protestaban contra la destitución, según la policía metropolitana de Seúl. Un hombre septuagenario, que se creía era simpatizante de Park, murió por una herida en la cabeza tras caerse del techo de un autobús de la policía.
Otro hombre trasladado desde la marcha a favor de Park murió poco después de llegar al hospital Kangbuk Samsung, según un empleado del centro que no pudo confirmar la causa de la muerte en un primer momento.