Después de que informó que la población mundial ya sobrepasa los 7.000 millones de habitantes, mucha de la atención se la está robando la India, que en menos de dos décadas se espera que deje atrás a China y se convierta en el país más poblado del planeta.
El crecimiento del número de habitantes significará que el país tendrá más jóvenes en edad laboral en capacidad de aportar esfuerzos, pero educar a las nuevas generaciones, mantenerlas saludables y garantizarles empleo futuro es además un enorme reto.
Con casi 200 millones de habitantes, el estado indio de Uttar Pradesh es uno de los más populosos y empobrecidos del país porque cuenta con muy pocas industrias.
Según Chandrajit Banerjee, que dirige la Confederación Industrial de la India, “existirá demanda de mano de obra calificada en todos los niveles, desde profesionales y empleados hasta carpinteros, mecánicos automotrices y choferes”.
Todos esos trabajos se necesitarán en un país que según los estimados llegará a la marca de mil millones y medio de habitantes alrededor del año 2025, cuando será uno de los de mayor cantidad de población joven en el mundo.
Para fines de esa década, el promedio de edad de la población india será de 29 años, una “explosión juvenil” que se espera dure hasta el 2050.
Los economistas dicen que esa será la oportunidad que tendrá el país de cosechar “dividendos demográficos”, de elevar la habilidad y el talento de los jóvenes en medio de una economía creciente y en un momento en el que la mayoría de las naciones tendrán a su población envejeciendo.
Pero si de un lado puede haber ventajas, del otro también hay preocupaciones. De acuerdo con los expertos, de mantenerse la actual tasa de crecimiento, que es alta, puede que no puedan crearse suficientes empleos.
Las estadísticas dicen que la India añadirá 10 millones de personas a la fuerza laboral cada año durante las próximas dos décadas. Y el muy conocido escritor y columnista indio Gurcharan Das señala que el sector agrícola, donde laboran las dos terceras partes de los habitantes el país, está en estado de decadencia y las ganancias son precarias.
Por otra parte, el sector de los servicios, presidido por el de la tecnología de la información, que es el que está dando impulso al boom de la India, no está creando nuevos empleos en la cantidad necesaria.
Das subraya el hecho de que en la India no sucede lo que ha pasado en China y en otros países del este y el sur de Asia, donde la manufactura ha creado una enormidad de empleos.
“Nuestro real reto es conseguir una revolución manufacturera e industrial. Necesitamos crear muchos más empleos y no podemos esperar que sólo los servicios lo logren”, dice.
Otro de los retos claves que encara el país es la educación pública que no sólo resulta insuficiente ante el crecimiento de la población sino que también es de pobre calidad. Los entendidos señalan que no poder estar a la altura de la demanda ocasionaría un desastre de gran impacto social.
El otro gran problema tiene que ver con la salud pública, en un país donde casi la mitad de la población infantil menor de cinco años está mal nutrida, y donde la tasa de abandono escolar es también alta.
De ahí que algunos expertos ya hayan advertido que la India está obligada a incrementar la inversión en materia de educación y salud públicas si no quiere que los dividendos demográficos se conviertan en una pesada carga social.