El más reciente informe de la Federación Colombiana de Periodistas Fecolper alerta sobre peligros, amenazas y hostigamientos que están viviendo los periodistas en el país suramericano, pero sobre todo de los asesinatos y la impunidad frente a estos casos.
En entrevista con la Voz de América, Jorge Velásquez, presidente de Fecolper, señaló que “es difícil establecer qué cosa es más preocupante entre una y otra, porque la situación para ejercer del periodismo en Colombia, sin duda alguna, es bien delicada y complicada”.
Pero, afirmó que los homicidios de colegas son el factor más aterrador, a lo que se le suma el “alto grado de impunidad, que no solamente fue el año anterior sino que es una problemática que venimos arrastrando, hace muchos años. Con cerca de 170 periodistas asesinados, tenemos el 98 % de impunidad”.
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Los hallazgos de Fecolper, presentados en febrero en su reporte llamado “Periodismo y elecciones: democracia en riesgo”, indica que, en Colombia, se han presentado 165 asesinatos a periodistas por razones del oficio y la impunidad de estos crímenes es del 78,8 %, pues solo en un 18 % de los casos hubo algún tipo de condena. A esto se le suman los casos no resueltos de amenazas, en los que solo se puede haber resuelto el 2 %.
Ante esto, dice Velásquez, puede influir no solo un sistema y aparato judicial que de por sí “es paquidermo”, sino “los casos de corrupción por parte de operadores judiciales”.
En informe también recalca el asesinato de cuatro periodistas en el 2022: Leiner Monterio y Dilia Contreras, cuyos casos aún se encuentran en investigación. Además de Rafael Emiro Moreno y Wilmer Alfredo Cardona, cuyos asesinatos estarían relacionados directamente con su labor periodística.
Los casos se registraron en poblaciones apartadas, donde, según Velásquez, trabajan los profesionales con más riesgo porque “están en el territorio, están en esa Colombia profunda donde permanentemente interactúan, quieran o no, como integrantes de grupos al margen de la ley. Y es muy complicado evitar que ellos no sean amenazados”, además que son “demasiado vulnerables porque, en la misma población donde viven, que generalmente es muy pequeña, “confluyen diferentes grupos” donde conocen todos los datos del profesional.
Aunque el vocero de Fecolper también advierte sobre amenazas o intimidaciones que llegan de parte servidores públicos o políticos.
Durante 2022, por lo menos seis periodistas abandonaron el país, tras amenazas previamente recibidas, indica el informe de la federación, y “casi a diario un periodista fue víctima de amenazas, cifra que se vio en aumento debido a la época electoral y nuevamente por los grupos armados ilegales, cuando se produjo un paro armado del conocido Clan del Golfo”.
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Al respecto, el vocero de la federación dijo a la VOA que “el periodismo investigativo en la región se ha reducido mucho. Algunos colegas se han retirado y se han dedicado a otras actividades”. Incluso, en algunos casos, los periodistas regionales prefieren citar a sus colegas de medios masivos que darse el crédito de la información, así la conozcan con anterioridad, para así evitar problemas.
Un ambiente difícil
Según el Índice de libertad de prensa para 2022 de la organización Reporteros sin Fronteras, Colombia ocupa el puesto 145, tras caer 11 posiciones.
"Sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas. La cobertura de temas relativos al medio ambiente, los conflictos armados, la corrupción o la connivencia entre políticos y grupos armados ilegales expone sistemáticamente a los periodistas al acoso, la intimidación y la violencia", agrega la organización.
El informe de Fecolder pone en contexto el impacto del proceso electoral de 2022 en el trabajo periodístico y señala que el periodismo venía de “un período recrudecido”, debido a las protesta social de años anteriores, la convulsión política y social de un período electoral polarizado.
Al respecto, Velásquez le contó a la VOA que “el tema de la polarización política ha llevado a que se estigmatice a los colegas periodistas, como si hicieran parte de uno u otro grupo político y, en algunos casos, en algunas regiones del país, hay una especie de contubernio entre algunos grupos políticos y grupos ilegales”.
El periodista, agrega, “se convierte en objetivo militar, en objetivo de amenazas, de intimidaciones, de censura, de autocensura. Son mucho los fenómenos que se registran y eso sale a relucir más cuando hay campañas políticas en el país”.
Esa polarización, añade, afecta el periodismo investigativo, cuando se destapan escándalos relacionados con los grupos políticos en contienda, lo que pone en riesgo también la vida de los profesionales.
La pauta publicitaria y el acoso judicial, según el presidente de la federación, hacen parte de las herramientas para censurar a los periodistas, pero también hace una llamado a aquellos colegas que se vuelven activistas políticos y generan polarización para evitar “tomar partido”.
Las expectativas
En el informe, Fecolder también se concentra en el uso que hace el presidente de Colombia, Gustavo Petro, para difundir mensajes en contra de varios medios de comunicación, “poniendo en debate la línea delgada que hay entre su libertad de expresión y la de la prensa”.
Pero también hace un llamado a generar políticas eficientes para fortalecer los medios de comunicación, y piden que se hagan efectivas las promesas de campaña. Al respecto, Velásquez confiesa que tienen “grandes expectativas frente a este nuevo gobierno, porque cada día hay menos puestos de trabajo en empresas para periodistas. Cada día se le está apuntando más a hacer periodismo independiente, periodismo de provincia, periodismo de región” porque "hacer periodismo independiente en el país se volvió muy complicado”.
Por eso, explica, están pidiendo “garantías” sobre “un manejo equitativo de la pauta oficial”, sobre la seguridad y las condiciones socio-laborales dignas.
Poca celeridad
Fecolper también advirtió, en su informe, sobre los riesgos de la reforma realizada en 2021 al programa de protección, en el que las personas en riesgo deben justificar las pruebas de su necesidad.
“Nos preocupa también un poco la poca celeridad que se da a los procesos de periodismo amenazados que requieren esquemas de seguridad en la Unidad Nacional de Protección”, explica Velásquez. “Demoran demasiado los esquemas, demoran demasiada la toma de decisiones y eso nos ha costado vidas”.
Finalmente, la federación dice que el Estado tiene una deuda con el gremio: “El Estado colombiano ha reconocido como víctimas individuales a varios periodistas por efectos del conflicto armado colombiano, pero, como muchos otros grupos y organizaciones, los y las periodistas siguen esperando la reparación colectiva”.
En este punto, Jorge explicó a la VOA que hace alrededor de siete u ocho años se inició un proceso de reparación del periodismo, que se ha ido dilatando con el tiempo, no solo por la falta de celeridad, sino porque algunos participantes del proceso fueron renunciando por la falta de garantías, amenazas e intimidación.
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