Según un equipo de investigadores, la habilidad “animal” de percibir el tiempo está relacionada con su ritmo en la vida.
Los animales pequeños que tiene un metabolismo alto experimentan el mundo como si fuera en cámara lenta de acuerdo a un nuevo estudio.
Según un equipo de investigadores del Trinity College de Dublin, la Universidad de Edinburgh y la Universidad de St. Andrews, la habilidad “animal” de percibir el tiempo está relacionada con su ritmo en la vida.
“Nuestros resultados prestan apoyo a la importancia de la percepción del tiempo en los animales donde la habilidad para percibir el tiempo en escalas muy pequeñas puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para los organismos que se mueven rápido tales como los depredadores y sus presas”, comentó el principal autor del estudio, Kevin Healy, estudiante de doctorado en la Escuela de Ciencias Naturales del Trinity College.
El estudio fue realizado con una variedad de animales usando un fenómeno basado en la máxima velocidad de los destellos de luz que un individuo puede ver antes de que la fuente de luz sea vista como una constante. Este principio puede ser visto todos los días con la televisión, pantallas de computadora y pantallas de cine. Los perros, por ejemplo, tienen ojos con una tasa de actualización superior a la del ojo humano y puede ver cómo la televisión parpadea.
Un ejemplo de este fenómeno en la vida diaria, dice el autor, es el de la mosca y su habilidad para evitar ser aplastada por el matamoscas. La investigación muestra que las moscas “observan el movimiento en una escala de tiempo más precisa que lo que pueden alcanzar nuestros ojos”, lo cual les permite huir para no ser golpeadas.
Los investigadores relacionaron la percepción de la mosca a la escena en la popular película The Matrix, en la que el protagonista puede detener su percepción del tiempo lo suficiente como para escapar de un torrente de balas.
En contraste, una especie de escarabajo tigre corre más rápido que lo que sus ojos pueden seguir, volviéndose esencialmente ciego y teniendo la necesidad de parar periódicamente para revaluar su posición. Incluso entre los humanos, los atletas de varios deportes pueden hacer su vista más rápida para poder seguir el movimiento de una pelota durante un juego.
El estudio es publicado por la revista Animal Behavior.
Según un equipo de investigadores del Trinity College de Dublin, la Universidad de Edinburgh y la Universidad de St. Andrews, la habilidad “animal” de percibir el tiempo está relacionada con su ritmo en la vida.
“Nuestros resultados prestan apoyo a la importancia de la percepción del tiempo en los animales donde la habilidad para percibir el tiempo en escalas muy pequeñas puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para los organismos que se mueven rápido tales como los depredadores y sus presas”, comentó el principal autor del estudio, Kevin Healy, estudiante de doctorado en la Escuela de Ciencias Naturales del Trinity College.
El estudio fue realizado con una variedad de animales usando un fenómeno basado en la máxima velocidad de los destellos de luz que un individuo puede ver antes de que la fuente de luz sea vista como una constante. Este principio puede ser visto todos los días con la televisión, pantallas de computadora y pantallas de cine. Los perros, por ejemplo, tienen ojos con una tasa de actualización superior a la del ojo humano y puede ver cómo la televisión parpadea.
Un ejemplo de este fenómeno en la vida diaria, dice el autor, es el de la mosca y su habilidad para evitar ser aplastada por el matamoscas. La investigación muestra que las moscas “observan el movimiento en una escala de tiempo más precisa que lo que pueden alcanzar nuestros ojos”, lo cual les permite huir para no ser golpeadas.
Los investigadores relacionaron la percepción de la mosca a la escena en la popular película The Matrix, en la que el protagonista puede detener su percepción del tiempo lo suficiente como para escapar de un torrente de balas.
En contraste, una especie de escarabajo tigre corre más rápido que lo que sus ojos pueden seguir, volviéndose esencialmente ciego y teniendo la necesidad de parar periódicamente para revaluar su posición. Incluso entre los humanos, los atletas de varios deportes pueden hacer su vista más rápida para poder seguir el movimiento de una pelota durante un juego.
El estudio es publicado por la revista Animal Behavior.