Una ola de calor que asa a Europa se extendió al norte el lunes hasta Gran Bretaña, donde las autoridades advirtieron sobre posibles temperaturas récord y avivó incendios forestales intensos en Francia, cuyas autoridades enviaron aviones con depósitos de agua y a cientos de bomberos para combatir las llamas que se propagan por los bosques secos.
En España, dos personas murieron en incendios que el primer ministro del país relacionó con el calentamiento global, al señalar que “el cambio climático mata”.
Tanto en España como en Francia, el intenso calor aviva los incendios, parte de un muro de temperaturas altas que se mueve por toda Europa, llegando incluso a lugares como Gran Bretaña, donde las autoridades emitieron la primera advertencia de calor extremo. El servicio meteorológico del país ha señalado que el récord de 38,7 grados Celsius (101,7 grados Fahrenheit), establecido en 2019, podría romperse.
“Cuarenta y uno no está descartado”, dijo Penelope Endersby, directora ejecutiva de Met Office, el Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido. “Incluso tenemos algunos 43 en el modelo, pero esperamos que no sea tan alto”.
Los meteorólogos franceses también advirtieron sobre posibles temperaturas récord, dado que los fuertes vientos han complicado las tareas de extinción de incendios en el suroeste del país.
Es esa zona, las autoridades comenzaron a evacuar más pueblos, retirando a otras 3.500 personas en riesgo de encontrarse en el camino de las intensas llamas que ya han arrasado con 140 kilómetros cuadrados (54 millas cuadradas) de bosques de pinos y otra vegetación. La medida elevará alrededor de 20.000 el número de personas que han sido obligadas a abandonar sus hogares en la región de Gironde desde que iniciaron los incendios forestales el 12 de julio.
Se enviaron tres aviones adicionales para sumarse a otros seis que de antemano combatían los incendios, recogiendo agua de mar en sus depósitos y viajando repetidamente a través de densas nubes de humo, detalló el Ministerio del Interior el domingo por la noche.
Más de 200 refuerzos se dirigieron a unirse a la fuerza de 1.500 bomberos que luchan día y noche para contener las llamas en la Gironda, donde el fuego se ha acercado a los preciados viñedos y la cuenca marítima de Arcachon, famosa por sus ostras y playas.
Por su parte, España reportó la segunda muerte en dos días en su combate al fuego. El cadáver de un pastor de ovejas de 69 años fue encontrado el lunes en la misma zona donde un bombero de 62 años murió el día anterior tras verse atrapado por las llamas en la provincia noroccidental de Zamora. Más de 30 incendios forestales en España han forzado la evacuación de miles de personas y calcinado 220 kilómetros cuadrados (85 millas cuadradas) de bosques y matorrales.
“Dejé mi país en llamas, literalmente en llamas”, dijo Teresa Ribera, ministra española de Transición Ecológica, en las conversaciones sobre cambio climático en Berlín el lunes.
Ribera advirtió de una “aterradora perspectiva para los días aún por venir” tras más de 10 días de temperaturas por encima de 40 grados Celsius (104 Fahrenheit), que apenas remiten por la noche.
Según el Instituto Carlos III, que registra las muertes asociadas al calor cada día, entre el 10 y 14 de julio se asociaron 237 decesos a las altas temperaturas. En comparación, en la semana anterior se registraron 25 muertes relacionadas con el calor.
Se esperaba que la ola de calor en España remitiera el martes, aunque el alivio sería breve y las temperaturas volverían a subir el miércoles, especialmente en la seca región occidental de Extremadura.
En Portugal, un clima mucho más fresco el lunes ayudó a los bomberos a avanzar contra el fuego. Más de 600 bomberos luchaban contra cuatro importantes incendios en el norte del país.
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