Interpol afirma que la decapitación de un periodista estadounidense por militantes del Estado Islámico muestra la necesidad de un esfuerzo global coordinado para combatir la amenaza que significan los combatientes extranjeros que viajan a zonas de conflicto en el Medio Oriente.
Tras el acento británico
Tras el acento británico
La policía y servicios de seguridad de Gran Bretaña y Estados Unidos utilizan tecnología de reconocimiento de voz, para tratar de identificar al extremista que aparece en el video de la ejecución de James Foley.
El primer ministro británico, David Cameron dijo que el yihadista enmascarado posiblemente sea británico y los lingüistas sugieren que es del área de Londres.
Los analistas posiblemente comparen la voz del individuo con grabaciones de sospechosos conocidos.
El periódico británico The Guardian ha dicho que el yihadista que se busca identificar es parte de un grupo conocido como The Beatles, formado por varios milicianos británicos.
Interpol indicó este jueves que el asesinato de James Foley ha conmocionado al mundo e ilustra la depravación de los combatientes del Estado Islámico que operan en Irak y Siria.
La organización policial dice estar preocupada particularmente por el yihadista que aparece en el video de Foley, quien por su acento, se teme sea británico.
De igual manera, la firma para la que trabajaba Foley, GlobalPost, ha asegurado que el estadounidense permaneció cautivo en Siria junto a por lo menos otros doce secuestrados, incluyendo periodistas occidentales, que habían sido plagiados por miembros británicos del Estado Islámico.
Los secuestradores enviaron demandas de rescate por $130 millones de dólares tanto a la familia como a GlobalPost, con los que se comunicaron por medio de correo electrónico.
El presidente de la firma periodística, Philip Balboni, aseguró a los periodistas que, a través de otros rehenes liberados previamente, sabían que los carceleros inmediatos de Foley todos eran yihadistas británicos.
Más de mil radicales de Europa y Estados Unidos se han unido a los extremistas musulmanes en Siria e Irak, convencidos de la necesidad de formar un califato en Levante.