Nihad Barakat una joven iraquí de 17 años fue secuestrada en 2014 por militantes del Estado Islámico que entraron a su aldea en el norte de Irak, asesinando a los hombres y llevándosela a ella y otros 28 miembros de su familia.
“La peor tortura nos sucedió en Mosul. Las mujeres fuimos violadas y secuestradas. Nos violaban constantemente. Luego nos entregaron a los emires de Daesh (nombre árabe de ISIS o Estado Islámico). Nos agredieron y violaron constantemente por dos semanas. Después fui escogida por un emir y llevada a otro lugar”, cuenta Barakat.
Su secuestrador murió en el enfrentamiento y Barakat fue vendida a otro combatiente islámico como esclava sexual. Eventualmente quedó embarazada y dio a luz un varón.
Traumas como este dejan enormes cicatrices mentales que a menudo no son atendidas.
Hoy la joven recibe apoyo práctico y sicológico de la Fundación AMAR, que recauda fondos para entrenar a más profesionales en el área de salud mental en Irak.
Cientos de mujeres Yazidi permanecen como esclavas del “Estado Islámico”.
“Queremos enviar el mensaje, a la comunidad internacional de que hagan algo para traer de regreso a las madres y hermanas Yazidi, para que cuenten sus historia. Ya van dos años y sentimos que el asunto es ignorado internacionalmente”, dijo el doctor Ali Muthanna, director de la Fundación AMAR en Irak.
Entretanto Nihad busca crear más conciencia del sufrimiento de los Yazidi, contando su historia al mundo.