Toman otras dos ciudades en el oeste del país. El presidente Obama habla de amenaza para EE.UU. El secretario de Estado, John Kerry, inicia periplo para consultas sobre la crisis iraquí.
Insurgentes sunitas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) ocuparon otras dos ciudades en la provincia occidental iraquí de Anbar, la tercera y cuarta en dos días, y siguen ampliando el control sobre territorios del norte y oeste del país.
Fuentes militares confirmaron este domingo que combatientes del EIIL controlan ahora las ciudades de Rutba, Rawah y Anah luego de haberse apoderado de Quiam en la frontera con Siria, lo que les ha abierto el paso entre los dos países.
En una entrevista difundida este domingo por el programa Face the Nation, de la cadena CBS, el presidente Barack Obama dijo que el EIIL representa una amenaza a mediano y largo plazo para EE.UU.
“En este momento el problema con el EIIL es que están desestabilizando el país (…) Eso podría desbordarse hacia alguno de nuestros aliados (en la región) como Jordania”, dijo.
El avance de los yihadistas ha empujado la guerra sectaria entre sunitas y chiitas hasta las mismas puertas de Bagdad después de que el pasado día 10 conquistaron la importante ciudad norteña de Mosul, la segunda en importancia de Irak.
Según la agencia de noticias siria Aina, tras la toma de Mosul los islamistas sunitas difundieron un manifiesto en el que piden o a sus seguidores la destrucción de estatuas “infieles”, iglesias, tumbas y santuarios, por lo que de la ciudad han huido no solo chiitas sino también cristianos.
A la luz de los acontecimientos, EE.UU. ha emprendido un nuevo esfuerzo diplomático por unir las diferentes facciones dentro del gobierno iraquí e instarlas a adoptar una política antisectaria.
El secretario de Estado, John Kerry, llegó este domingo a Egipto, al comienzo de una gira por Oriente Medio y Europa, principalmente orientada a realizar consultas sobre la situación en Irak, que lo llevará también a Jordania, a Bruselas para una reunión de la OTAN y luego a Paris.
La víspera, cientos de milicianos chiitas convocados por el ayatolá Ali al Sistani desfilaron armados hasta los dientes en Bagdad, en una de demostración de fuerza contra el avance de los sunitas desde el norte, una ofensiva militar que ha dividido en dos al país.
Fuentes militares confirmaron este domingo que combatientes del EIIL controlan ahora las ciudades de Rutba, Rawah y Anah luego de haberse apoderado de Quiam en la frontera con Siria, lo que les ha abierto el paso entre los dos países.
En una entrevista difundida este domingo por el programa Face the Nation, de la cadena CBS, el presidente Barack Obama dijo que el EIIL representa una amenaza a mediano y largo plazo para EE.UU.
“En este momento el problema con el EIIL es que están desestabilizando el país (…) Eso podría desbordarse hacia alguno de nuestros aliados (en la región) como Jordania”, dijo.
El avance de los yihadistas ha empujado la guerra sectaria entre sunitas y chiitas hasta las mismas puertas de Bagdad después de que el pasado día 10 conquistaron la importante ciudad norteña de Mosul, la segunda en importancia de Irak.
Según la agencia de noticias siria Aina, tras la toma de Mosul los islamistas sunitas difundieron un manifiesto en el que piden o a sus seguidores la destrucción de estatuas “infieles”, iglesias, tumbas y santuarios, por lo que de la ciudad han huido no solo chiitas sino también cristianos.
A la luz de los acontecimientos, EE.UU. ha emprendido un nuevo esfuerzo diplomático por unir las diferentes facciones dentro del gobierno iraquí e instarlas a adoptar una política antisectaria.
El secretario de Estado, John Kerry, llegó este domingo a Egipto, al comienzo de una gira por Oriente Medio y Europa, principalmente orientada a realizar consultas sobre la situación en Irak, que lo llevará también a Jordania, a Bruselas para una reunión de la OTAN y luego a Paris.
La víspera, cientos de milicianos chiitas convocados por el ayatolá Ali al Sistani desfilaron armados hasta los dientes en Bagdad, en una de demostración de fuerza contra el avance de los sunitas desde el norte, una ofensiva militar que ha dividido en dos al país.