Irán lanza misiles, reinicia negociaciones nucleares

Las negociaciones entre las cinco grandes potencias y Teherán en torno al programa nuclear del país árabe siguen en pie pero no muestran progresos.

El país persa libra una batalla diplomática, militar y comercial con las grandes potencias en torno a su programa nuclear, mientras EE.UU. refuerza su presencia militar en el estrecho de Ormuz.

El despliegue militar

El despliegue militar


De Estados Unidos:

  • Aumento del número de buques en la zona. Según el New York Times, se trata de hasta ocho navíos, los llamados dragaminas o identificadores y destructores de minas marinas, muy utilizados durante las Guerras Mundiales.
  • Desplazamiento al Golfo Pérsico de una base de operaciones flotante llamada Ponce, un anfibio acondicionado que servirá como centro logístico para el desminado y como alojamiento de las fuerzas de operaciones especiales.
  • Despliegue de aviones de combate F-22 y F-15 C en dos bases de la zona, que se inició la pasada primavera. Su misión es combatir las baterías de misiles instaladas en las costas iraníes, que podrían impedir la navegación a través del estrecho de Ormuz.

De Irán:

  • Almacenamiento de varias decenas de misiles Shahab 3 y Sejil 2, según los expertos. El número exacto todavía se desconoce. Son el arma más relevante del país persa para alcanzar objetivos más allá de sus fronteras, por su falta de potencia en la aviación y la Marina.
  • Preparación de un proyecto de ley para bloquear el paso a través del estrecho de Ormuz de los petroleros que se dirijan a países que apoyan las sanciones a Irán.
Irán ha vuelto a sentarse este martes en Estambul con el grupo “5 +1”, formado por China, EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU), más Alemania, en busca de una solución para el conflicto por el programa nuclear .

Las potencias exigirán a Irán la suspensión de los aspectos más delicados de su programa nuclear, como el relativo al enriquecimiento de uranio, pese a que en citas anteriores no se alcanzó ningún acuerdo.

La reunión se celebra en el marco de una situación tensa, protagonizada por la entrada en vigor del embargo del petróleo iraní por parte de la Unión Europea, que comenzó el pasado domingo 1 de julio; y el mantenimiento de maniobras militares que este martes han demostrado ser capaces de alcanzar a Israel.

En concreto, Irán ha lanzado hoy una serie de misiles balísticos durante unos ejercicios militares en el desierto de Dasht-e-Kavir para simular un ataque a una base extranjera. Los misiles Shabab 1, 2 y 3, Qiam, Fatah y Tondar se han disparado, según el canal de televisión persa Al Alam, en el marco de las llamadas “maniobras Gran Profeta 7”.

Los artefactos son capaces de alcanzar entre 200 y 750 kilómetros, y el Shabab 3, en concreto, tiene un alcance de 2000 kilómetros, lo que le permitiría alcanzar bases israelíes y estadounidenses en la zona. Irán ha asegurado que estos objetivos serán atacados si el país árabe sufre alguna agresión.

Para el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de las fuerzas de misiles iraníes de la Guardia Revolucionaria, estas maniobras, que finalizarán este miércoles 4 de julio, se han llevado a cabo exitosamente y pretenden “enviar un mensaje a las naciones” para evitar un ataque a Irán.

“Esta acción muestra la determinación, voluntad y capacidad del pueblo iraní para defender sus intereses nacionales”, declaró Hossein Salami, número dos de la Guardia Revolucionaria, a la agencia de noticias Fars.

EE.UU. reacciona y la UE mantiene el embargo petrolífero

Los EE.UU., por su parte, libran una batalla por el control de las aguas iraníes y el bloqueo de dichas maniobras, dada la sospecha de que detrás del programa nuclear iraní existe una intención de fabricar armas atómicas. Sin embargo, Teherán asegura que este programa sólo tiene intenciones civiles y pacíficas.

Tanto Washington como Tel Aviv han amenazado con el ataque al territorio iraní si no frena sus actividades nucleares. Irán ha respondido a la advertencia con la amenaza de cerrar el estrecho de Ormuz, vital para las transacciones petrolíferas con el extranjero; y EE.UU. ha reforzado, en los últimos días, su presencia militar en las aguas del Golfo Pérsico para impedir este cierre.

Esta maniobra, que supone “riesgos significativos” por la reacción de los llamados Guardianes de la Revolución, pretende, como aseguran fuentes citadas por el New York Times, enviar “un mensaje a Irán para que ni se le ocurra cerrar el estrecho”; y, a su vez, calmar los ánimos en Israel, donde sus dirigentes han amenazado con tomar medidas si la comunidad internacional no logra frenar el programa nuclear del país persa.

Aunque sólo se trata de una advertencia, la amenaza del bloqueo por donde sale la quinta parte del petróleo mundial ha activado los resortes defensivos en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabía Saudí, que han puesto en funcionamiento oleoductos para defenderse de un hipotético cierre.

Las continuas amenazas y tensiones se producen justo después de la puesta en marcha del embargo del petróleo iraní por parte de la Unión Europea, que comenzó el pasado domingo 1 de julio. A ello se suman las sanciones estadounidenses a los países que hagan transacciones con su Banco Central y la prohibición de asegurar petroleros que transporten crudo iraní.

Los analistas estiman que el descenso de las exportaciones de petróleo iraní herirá la economía del país persa con una bajada de las ganancias de aproximadamente 2500 millones de dólares al mes; algo que los dirigentes iraníes consideran una “declaración de guerra” desde el punto de vista económico.