Hassan Rouhani recibe el apoyo oficial del líder espiritual iraní, el ayatolá Alí Khamenei, que de hecho lo inviste como nuevo mandatario iraní.
El clérigo musulmán moderado Hassan Rouhani asumió este sábado como séptimo presidente de Irán en reemplazo de Mahmoud Ahmadinejad, quien desde agosto de 2005 ejerció como jefe de gobierno en la República Islámica.
Durante una ceremonia difundida por los medios de prensa nacionales, el ayatolá Alí Khamenei, líder espiritual que funge como jefe del Estado iraní, confirmó y dio su beneplácito a la investidura, que se realizará formalmente el domingo ante el parlamento.
Rouhani, quien por más de 15 años estuvo al frente de las negociaciones nucleares de Irán (1989-2005), prometió en su primer discurso como mandatario trabajar en pro de que los países occidentales le levanten las sanciones económicas al país.
Según dijo el nuevo presidente, el objetivo de tales sanciones, dirigidas contra el programa de desarrollo nuclear iraní, tienen el propósito de aislar a Teherán y sumir al país en el caos.
También declaró que los “detractores” y “enemigos” de Irán han estado tratando de mantener totalmente aislada a la nación islámica ampliando la brecha entre el gobierno y la población.
El clérigo de 64 años encara serios retos como el de lidiar con una economía en bancarrota y la visión predominantemente negativa que tiene el mundo de Irán debido a su controvertida política nuclear.
Durante una ceremonia difundida por los medios de prensa nacionales, el ayatolá Alí Khamenei, líder espiritual que funge como jefe del Estado iraní, confirmó y dio su beneplácito a la investidura, que se realizará formalmente el domingo ante el parlamento.
Rouhani, quien por más de 15 años estuvo al frente de las negociaciones nucleares de Irán (1989-2005), prometió en su primer discurso como mandatario trabajar en pro de que los países occidentales le levanten las sanciones económicas al país.
Según dijo el nuevo presidente, el objetivo de tales sanciones, dirigidas contra el programa de desarrollo nuclear iraní, tienen el propósito de aislar a Teherán y sumir al país en el caos.
También declaró que los “detractores” y “enemigos” de Irán han estado tratando de mantener totalmente aislada a la nación islámica ampliando la brecha entre el gobierno y la población.
El clérigo de 64 años encara serios retos como el de lidiar con una economía en bancarrota y la visión predominantemente negativa que tiene el mundo de Irán debido a su controvertida política nuclear.