Irán sella su suerte con la de Siria

El emisario del ayatolá Alí Jamenei, Guía Supremo de Irán, se reunió en Damasco con Bashar al Assad.

El jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní dice que su país no permitirá que caiga el gobierno sirio del presidente Bashar al Assad.
El gobierno iraní comunicó este martes al presidente Bashar al Assad que Siria es un aliado vital de la república islámica en su lucha contra Israel y que ninguna rebelión respaldada por enemigos de los dos países romperá esa alianza.

"Irán no permitirá que el eje de la resistencia, del que considera que Siria es parte esencial, sea roto de ninguna manera", dijo al gobernante sirio el jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Said Jalili

El “eje de resistencia” mencionado por Jalili, incluiría también a los combatientes del grupo terrorista islámico Hezbolá, radicado en Líbano y apoyado por Teherán y Damasco, así como a otros grupos integristas y palestinos en guerra contra Israel.

"Lo que está ocurriendo en Siria no es un conflicto interno sino entre los ejes de resistencia, por un lado, y los enemigos regionales y globales de este eje por el otro", dijo Jalili en indirecta alusión a EE UU e Israel.

La reunión de Assad con el emisario del Guía Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, fue difundida por la televisión siria. Durante el encuentro, Assad dijo que su régimen está decidido a aplastar la rebelión que ya dura 17 meses y a librar al país de “terroristas”.

La visita de Jalili a Damasco ocurre luego de que rebeldes capturaran el domingo a medio centenar de iraníes en las afueras de la capital siria, que Teherán dice que son peregrinos musulmanes y que según el Ejército Libre sirio son miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.

La aparición de Assad junto a Jalili es la segunda que hace en público desde que el 18 de julio pasado una bomba mató a cuatro altos oficiales de su círculo más íntimo, y de la deserción el lunes del primer ministro sirio, Riad Hiyab.

Fuentes de la oposición aseguran que al menos 18.000 personas han muerto desde el comienzo del levantamiento popular contra Assad en marzo del año pasado, que además ha desencadenado una crisis de refugiados que por decenas de miles han huido a países vecinos como Turquía y Jordania.