Las fuerzas israelíes bombardearon campos de refugiados palestinos en el centro de Gaza el martes, dijeron residentes, en aparente preparación para expandir su ofensiva terrestre.
La apertura de una posible nueva zona de batalla indica el largo y destructivo camino que aún queda por delante mientras Israel prometió aplastar a Hamás después del ataque del 7 de octubre en Israel que detonó la actual guerra.
Durante semanas, las fuerzas israelíes han estado involucradas en intensos combates urbanos en el norte de Gaza y en la ciudad sureña de Jan Yunis, empujando a los palestinos a rincones más pequeños del territorio en busca de refugio.
A pesar de la presión internacional para un cese del fuego y los llamados de Estados Unidos a limitar el número de víctimas civiles, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió el lunes que la lucha “no está ni cerca de terminar”.
La ofensiva de Israel ha sido una de las campañas militares más devastadoras de la historia reciente. Más de 20.600 palestinos, dos tercios de ellos mujeres y niños, han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no diferencia entre civiles y combatientes entre los muertos.
Los residentes del centro de Gaza describieron el martes una noche de bombardeos y ataques aéreos que sacudieron los campamentos de Nuseirat, Maghazi y Bureij. Los campos son ciudades urbanizadas que albergan a palestinos expulsados de sus hogares en lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948 y a sus descendientes, y ahora también están llenos de personas que huyeron del norte.
“El bombardeo fue muy intenso”, dijo Radwan Abu Sheitta, un maestro palestino, por teléfono desde su casa en Bureij. “Parece que se están acercando”, dijo sobre las tropas israelíes.
Las Brigadas Qassam, el brazo militar de Hamás, dijeron que sus combatientes atacaron un tanque israelí al este de Bureij. Su informe no pudo ser confirmado de forma independiente, pero sugirió que las fuerzas israelíes se estaban moviendo hacia el campamento.
Aviones de combate y artillería también atacaron zonas al este del campamento de Nuseirat. “No pudimos dormir debido al bombardeo”, dijo Ezzel-Din Mohammed Abdallah al-Masry, un pescador palestino que fue desplazado a la zona desde el norte de Gaza con sus cinco hijos y otra familia. “Los niños están aterrorizados. Estamos aterrorizados”.
Mientras tanto, las negociaciones parecen haber logrado pocos avances hacia una pausa en los combates que permita el intercambio de más rehenes retenidos en Gaza por palestinos encarcelados por Israel.
Egipto ha presentado una ambiciosa propuesta de paz que apunta no solamente a poner fin a la guerra, sino también a diseñar un plan para el día siguiente. Pide una liberación gradual de rehenes y la formación de un gobierno palestino de expertos para administrar la Franja de Gaza y Cisjordania, según funcionarios familiarizados con la propuesta.
Pero el plan ha tenido una fría recepción pública por parte de Israel y Hamás. No alcanza el objetivo declarado de Israel de aplastar al grupo armado palestino y parece estar en desacuerdo con la insistencia de Israel en mantener el control militar sobre Gaza durante un período prolongado después de la guerra. Tampoco está claro si Hamás aceptaría renunciar al poder después de controlar Gaza durante los últimos 16 años.
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