El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, recibió el lunes con críticas al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, por el trato de la ONU hacia Israel y por no frenar el tráfico de armas que llegan a manos del grupo armado libanés Jezbolá.
Netanyahu también denunció que Irán está construyendo en Siria y Líbano sitios para fabricar "misiles de precisión guiada", con la idea de apuntarlos hacia Israel.
Tanto Jezbolá como Irán respaldan a las fuerzas del presidente sirio Bashar Assad en la guerra civil que ha devastado a Siria.
"Irán está ocupado convirtiendo a Siria en una base militar y quiere usar a Siria y a Líbano como frentes de guerra en su objetivo declarado de erradicar a Israel", dijo Netanyahu. "Esto es algo que Israel simplemente no puede aceptar. Es algo que la ONU no debería aceptar".
El líder israelí no ofreció detalles que apoyaran sus aseveraciones.
Guterres llegó el domingo para una visita de tres días, su primer viaje a la zona desde que asumió el cargo a comienzos de año. Sus encuentros con líderes israelíes y palestinos buscan reanudar las negociaciones de paz.
En conferencia de prensa acompañado de Guterres, Netanyahu criticó también a la ONU por no revisar el discurso de odio palestino y por negar "absurdamente" los vínculos judíos con Jerusalén.
En un encuentro por separado realizado previamente, el presidente israelí Reuven Rivlin le pidió al diplomático acabar con "la discriminación contra Israel" en algunas instituciones de la ONU.
Por otra parte, Guterres visitó el monumento Yad Vashem construido en memoria del Holocausto. Desde aquí, el funcionario dijo que el antisemitismo sigue "vivo y sano" en el mundo actual y prometió combatir todas formas de racismo e intolerancia.
Una reciente resolución sobre Jerusalén de la agencia cultural de Naciones Unidas indignó a Israel, que afirmó que hacía de menos los lazos del judaísmo con la ciudad. Israel también criticó a la misión de fuerzas de paz de la ONU en Líbano por ser, según Israel, blanda con Jezbolá.