Por cuarto día consecutivo Israel se vio sometida a ataques con cohetes lanzados desde Gaza y ahora, también desde Líbano, donde opera un grupo militante chiita de Hezbolá.
Uno de los cohetes lanzados desde Gaza por militantes de Hamas estalló en una gasolinera en la ciudad israelí de Ashdod, hiriendo de gravedad a una persona y lesionado a otras dos. Otros cohetes fueron interceptados por el sistema de defensa Domo de Hierro sobre Tel Aviv, la capital comercial de Israel.
Israel respondió continuando su ofensiva sobre Gaza, en donde atacó unos 1.000 objetivos. Funcionarios médicos de Gaza dijeron que al menos tres personas murieron en los ataques del viernes por la mañana, agregándose a los 95 que se han reportado en cuatro días de bombardeos.
Militares libaneses reconocieron que tres cohetes fueron disparados hacia Israel desde Líbano y los israelíes respondieron con unos 25 disparos de artillería. La agencia de noticias libanesa dijo que al menos uno de los sospechosos de disparar los cohetes iniciales resultó herido.
El grupo relacionado con al-Qaeda, los Batallones de Ziad Jarrah, basado en Líbano, reivindicó el ataque.
Mediación
El jueves, el presidente estadounidense Barack Obama llamó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien reiteró la fuerte condena de los ataques contra Israel, ofreciendo a la vez negociar un alto al fuego.
El secretario general de la ONU, Ban ki-Moon hizo un llamado similar el jueves, pidiendo “máxima mesura” para poner fin a la crisis. No obstante, ninguno de los bandos parece listo para detener la ofensiva. Netanyahu, incluso dijo al parlamento que un cese al fuego “ni siquiera está en la agenda”.
La violencia se desató nuevamente en la región desde el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes el mes pasado y la muerte de un joven palestino, en un presunto ataque de venganza.