Juan Orlando Hernández, el expresidente de Honduras condenado en marzo por delitos relacionados con drogas y armas de fuego, no logró persuadir a un juez estadounidense para que le concediera un nuevo juicio.
Kevin Castel, juez de distrito de Manhattan, rechazó el argumento de Hernández de que la condena estaba viciada porque un agente antidroga estadounidense testificó que el tráfico de cocaína en Honduras aumentó durante su presidencia, pese a su versión de que disminuyó. Un fiscal repitió la afirmación durante los alegatos finales.
En su decisión del jueves, Castel también rehusó el argumento del exmandatario de que Nueva York era el lugar equivocado para juzgarle.
Hernández, que gobernó entre 2014 y 2022, afirmó que debería haber sido juzgado en la Florida porque se le había permitido salir de un avión con destino a Nueva York para ir al baño en Fort Lauderdale, tras su extradición desde Tegucigalpa en abril de 2022.
También lea Hermano del presidente de Honduras, condenado a cadena perpetua en EE. UU.Renato Stabile, su abogado, no respondió inmediatamente a solicitudes de comentarios. Se espera que el expresidente, de 55 años, recurra su condena. Se enfrenta a un mínimo obligatorio de 40 años de prisión en la sentencia prevista para el 26 de junio. Está encarcelado en Brooklyn.
Aunque Hernández se había presentado a sí mismo en Honduras como un político de ley y orden, los fiscales estadounidenses dijeron que aceptó millones de dólares en sobornos para proteger la cocaína que los traficantes enviaban al país norteamericano y para impulsar su ascenso político.
En su intento de desacreditar a la agente antidroga Jennifer Taul, el exgobernante citó informes del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre el tráfico internacional de drogas y el testimonio de un experto hondureño en el juicio de otro acusado de tráfico.
Castel, sin embargo, dijo que ninguno de ellos establecía que el tráfico de cocaína hubiera disminuido durante la presidencia de Hernández, y que los jurados podían decidir por sí mismos si Taul era creíble.
El juez también consideró que la cuestión era "irrelevante" para determinar si conspiró con narcotraficantes y agregó que los jurados probablemente le habrían declarado culpable incluso si no creían a Taul.
"La condena de Hernández se basó en las declaraciones, en el transcurso de un juicio de tres semanas, de numerosos testigos cuyo testimonio fue corroborado en parte por registros telefónicos y un libro de contabilidad de drogas recuperado", escribió Castel.
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