Estados Unidos declara que no está involucrado y cree que es un asunto entre Gran Bretaña, Ecuador y Suecia.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, se encuentra refugiado en la embajada de Ecuador en Londres y ha mandado una carta pidiendo asilo político al presidente Rafael Correa.
Según él, su extradición a Suecia, es una maniobra para llevarlo a EE.UU., donde considera, se le sometería a la pena d emuerte.
Estados Unidos, sin embargo ha descartado involucrarse en las conversaciones sobre el estatus de Assange. La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se ha limitado a declarar en su rueda de prensa diaria que este es un asunto entre Gran Bretaña, Ecuador y Suecia. "Queremos ver justicia en este caso" se ha limitado a añadir la portavoz.
Según informó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, el martes 19 de junio su gobierno “se encuentra evaluando el pedido del señor Julian Assange y que la decisión será tomada con base en las normas y principios del derecho internacional y de los derechos humanos”.
Assange, por su parte, asegura estar perseguido y no poder recurrir a su país, Australia, dado que el gobierno australiano ya ha denegado su petición de ayuda. En la carta asegura que esa posición de su país, entre otros aspectos, "hacen imposible el retorno a mi país y me colocan en un estado de indefensión" ante las solicitudes de extradición por parte de Suecia y Estados Unidos.
Para Assange, en Suecia "sus más altos funcionarios me han atacado abiertamente y soy investigado por delitos políticos y, en los Estados Unidos, un país donde la pena de muerte por dichas ofensas aún está vigente".
Assange reside en Londres pero estaba a la espera de ser deportado recientemente a Suecia, donde se le acusa por delitos sexuales, tras haber recurrido sin éxito la decisión en la Corte Suprema.
El fundador de Wikileaks considera el intento de procesarle en Suecia como un paso previo a deportarlo a EE.UU., país que lo reclama por la filtración de cientos de miles de documentos diplomáticos del Departamento de Estado.
Según él, su extradición a Suecia, es una maniobra para llevarlo a EE.UU., donde considera, se le sometería a la pena d emuerte.
Estados Unidos, sin embargo ha descartado involucrarse en las conversaciones sobre el estatus de Assange. La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, se ha limitado a declarar en su rueda de prensa diaria que este es un asunto entre Gran Bretaña, Ecuador y Suecia. "Queremos ver justicia en este caso" se ha limitado a añadir la portavoz.
Según informó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, el martes 19 de junio su gobierno “se encuentra evaluando el pedido del señor Julian Assange y que la decisión será tomada con base en las normas y principios del derecho internacional y de los derechos humanos”.
Assange, por su parte, asegura estar perseguido y no poder recurrir a su país, Australia, dado que el gobierno australiano ya ha denegado su petición de ayuda. En la carta asegura que esa posición de su país, entre otros aspectos, "hacen imposible el retorno a mi país y me colocan en un estado de indefensión" ante las solicitudes de extradición por parte de Suecia y Estados Unidos.
Para Assange, en Suecia "sus más altos funcionarios me han atacado abiertamente y soy investigado por delitos políticos y, en los Estados Unidos, un país donde la pena de muerte por dichas ofensas aún está vigente".
Assange reside en Londres pero estaba a la espera de ser deportado recientemente a Suecia, donde se le acusa por delitos sexuales, tras haber recurrido sin éxito la decisión en la Corte Suprema.
El fundador de Wikileaks considera el intento de procesarle en Suecia como un paso previo a deportarlo a EE.UU., país que lo reclama por la filtración de cientos de miles de documentos diplomáticos del Departamento de Estado.