Juzgan represores en Argentina

Empezó un histórico juicio contra represores acusados de graves violaciones a los derechos humanos en la última dictadura militar. En el banquillo de los acusados está el ex capitán de navío Alfredo Astiz apodado “Ángel de la Muerte”.

En los tribunales federales de Buenos Aires empezaron a ser juzgados 19 militares integrantes de la última dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.

Afrontan cargos por crímenes de lesa humanidad por haber integrado el llamado “Grupo de Tareas 3.2.2” que secuestró, torturó y asesinó a militantes políticos, guerrilleros e inocentes en la Escuela de Mecánica de la Armada.

Organismos de Derechos Humanos estiman que unas 5000 personas fueron llevadas a la ESMA, la mayoría de las cuales nunca fueron halladas.

En este juicio oral y público se juzga a los acusados por los cinco casos de desaparecidos mas conocidos de la Argentina: el periodista y escritor Rodolfo Walsh, las monjas francesas Alice Domon y Leonie Douquet, y tres de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo: Azucena Villaflor, Maria Ponce y Esther Ballestrino.

Uno de los acusados es el ex capitán de navío Alfredo Astiz, conocido como “El Ángel de la Muerte” que se infiltraba entre familiares, obtenía información y entregaba las víctimas a los militares.

Patricia Walsh, hija del asesinado periodista, celebró la decisión del congreso de haber anulado en el 2005 las leyes del “Perdón Militar”.

En otra causa en la provincia de Córdoba, fue condenado a cadena perpetua el general Luciano Benjamín Menéndez, jefe del tercer cuerpo del ejército en la región centro-norte, que dirigió las acciones en diez provincias, ordenando detenciones, torturas y asesinatos.

En sus últimas palabras, se mostró irónico ante el tribunal: “En ningún país del mundo condenaron a los militares por las órdenes que daban sus gobiernos. Ningún familiar, ningún periodista, ningún político, ningún militar, reclamó nada durante la dictadura”.

Los jueces también revocaron el beneficio de la prisión domiciliaria que gozaba, el veterano militar, de 82 años, y ordenaron que cumpla la pena en una cárcel común.