MYKOLAIV, UCRANIA —El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, prometió que seguirá expulsando a las fuerzas rusas de su país, después de que se retiraran de Jersón y dejaran a su paso devastación, hambre y trampas explosivas en la ciudad sureña ucraniana.
La retirada rusa de Jersón era un hito triunfal para la contraofensiva ucraniana después de la invasión rusa hace casi nueve meses. Los vecinos en Jersón abrazaban y besaban a las tropas ucranianas que llegaban en escenas de entusiasmo.
“Seguiremos viendo muchos saludos así” de soldados ucranianos que liberen territorio ocupado por Rusia”, dijo el Zelenskyy, en su video vespertino del sábado.
“No olvidamos a nadie, no dejaremos a nadie”, prometió Zelenskyy a la gente en ciudades y pueblos ucranianos que siguen bajo ocupación.
La pérdida de Jersón es un revés considerable para el Kremlin y el último en una serie de derrotas bochornosas en el campo de batalla. Ucrania recuperó el control de la ciudad unas seis semanas después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, se anexionara la región y otras tres provincias en el sur y el este de Ucrania, violando el derecho internacional, y las declarara como territorio ruso.
También lea Regresan la policía y las comunicaciones a JersónMientras las fuerzas ucranianas consolidaban el domingo su control sobre Jersón, las autoridades asumían la tarea monumental de retirar dispositivos explosivos y restablecer los servicios públicos básicos en la ciudad.
Un funcionario ucraniano describió la situación como “una catástrofe humanitaria”. Los vecinos que quedaban en la ciudad estaban sin agua, medicamentos ni comida, según reportes. Faltaban productos básicos como pan debido a la falta de electricidad.
La policía ucraniana pidió a los residentes que ayudaran a identificar colaboracionistas con las fuerzas rusas durante los ocho meses de ocupación. La policía ucraniana regresó el sábado a la ciudad, junto con la retransmisión de medios públicos, tras la marcha de las tropas rusas.
Unos 200 policías trabajaban en la ciudad colocando controles de carreteras y documentando pruebas de posibles crímenes de guerra, según dijo el sábado el jefe de la policía nacional ucraniana, Ihor Klymenko.
En el que podría ser el próximo lugar en caer en la marcha ucraniana sobre territorio anexionado ilegalmente por Moscú, el gobierno nombrado por Rusia en el distrito de Kakhova, en el este de la ciudad de Jersón, anunció el sábado que estaba evacuando a sus empleados.
Kakhova se encuentra en la margen izquierda del río Dniéper, río arriba de la central hidroeléctrica de Kakhova.
Entre tanto, la ciudad de Nikopol, río arriba, sufrió intesos ataques durante la noche, según dijo el domingo el presidente del consejo regional de Dnipropetrovsk, Mykola Lukashuk.
También lea Ataques rusos en Ucrania afectan atención médica y calefacción, dice Reino UnidoDos mujeres estaban heridas pero en condición estable en el hospital, indicó en Telegram. Una vivienda privada y dos edificios agrícolas quedaron destruidos, mientras que otros 40 edificios residenciales más de 24 edificios comerciales, una universidad, una oficina de registro y redes eléctricas sufrieron daños.
También hubo ataques en la ciudad de Marhanets, añadió Lukashuk. Dos viviendas privadas sufrieron daños pero no se reportaron heridos. Nikopol y Marhanets están al otro lado del río Dniéper desde la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa.
En Jersón, fotos compartidas el sábado en medios sociales mostraban activistas ucranianas retirando placas conmemorativas colocadas por las autoridades de ocupación. Un post en Telegram de Lazo Amarillo, el movimiento de resistencia ucraniano en los territorios ocupados, mostraba a dos personas en un parque retirando placas que mostraban a figuras militares de la era soviética.
El anuncio ruso de que las fuerzas rusas se retiraban al otro lado del río, que divide tanto la región de Jersón como Ucrania en general, llegó después de que Kiev redoblara su contraofensiva en el sur del país. El ejército ucraniano, que durante los dos últimos meses había ido anunciando la recuperación de docenas de localidades al norte de la ciudad de Jersón, dijo que se estaban haciendo labores de estabilización en la zona.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, intentó calmar el entusiasmo por la retirada rusa de Jersón.
“Estamos ganando batallas sobre el terreno, pero la guerra continúa”, dijo desde Camboya, donde asistía a una cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático.
El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, dijo a la prensa el domingo que no se había acordado un comunicado conjunto sobre el resultado de la cumbre porque “el lado estadounidense y sus socios insistían en una afirmación inaceptable sobre la situación en Ucrania y sus alrededores”.
El Kremlin está molesto por el apoyo que recibe Ucrania de sus aliados occidentales, como Estados Unidos.
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