La política sigue haciendo acto de presencia en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing

La canadiense Marie-Philip Poulin durante el partido contra Suecia de cuartos de final de los play-offs femeninos de la competencia de hockey sobre hielo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, en el Centro Deportivo Wukesong en Beijing, el 11 de febrero de 2022.

Pese a que China ha insistido de forma constante a otros países en que mantengan la política fuera de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, como país anfitrión está utilizando el evento deportivo para promover sus propios mensajes políticos de manera sutil, según analistas.

“La política está inevitablemente involucrada cuando los atletas compiten con sus banderas nacionales”, afirma Leif-Eric Easley, profesor asociado de estudios internacionales en la Universidad Ewha Womans en Seúl.

El profesional también reconoce que “debido a los problemas de derechos humanos de China, las políticas exteriores agresivas y la pandemia de COVID-19”, existe una atmósfera de desconfianza entorno a los Juegos de Invierno de Beijing.

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Por su parte los funcionarios chinos rechazan la idea de que el país este usando el evento como escaparate político.

Los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing son "una gran reunión de atletas y aficionados de los deportes de invierno de todo el mundo, en lugar de una plataforma para las acrobacias de ciertos políticos", dijo en diciembre el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian .

Boicots y reuniones diplomáticas

En los dos meses previos a los Juegos de Beijing, 15 países, incluido EE. UU., declararon "boicots diplomáticos" al evento y adelantaron que los funcionarios del gobierno no asistirían a los Juegos, en muchas ocasiones citando problemas de derechos humanos en China.

Tras el boicot diplomático estadounidense, Zhao, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, afirmó que “los Juegos Olímpicos de Invierno no son un escenario para la manipulación y las posturas políticas”.

Sin embargo, mientras se están desarrollando los Juegos, se han realizado sendas reuniones diplomáticas y discursos políticos.

China y Rusia emitieron un comunicado horas antes de la apertura de los Juegos oponiéndose a la expansión de la alianza militar occidental de la OTAN. El presidente ruso, Vladimir Putin, que visitaba Beijing en ese momento, dijo que las potencias occidentales han incumplido sus promesas de expandir la antigua alianza antisoviética, y que su país ha concentrado tropas cerca de su frontera con Ucrania.

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Los dos viejos aliados pidieron a la OTAN que “abandone sus enfoques ideologizados de la Guerra Fría”.

Y el liderazgo chino invitó al primer ministro de Pakistán, Imran Khan, a las ceremonias de apertura, donde las dos partes firmaron o concluyeron una serie de acuerdos en áreas que van desde infraestructura y espacio, hasta deportes y cultura.

¿Vínculo entre deporte, política?

Los funcionarios chinos asocian el desarrollo de los deportes de élite con su estatus de potencia en ascenso, según un estudio de la Universidad Bautista de Hong Kong de 2017.

Mark Thomas, director de la consultora deportiva S2M Grupo, con sede en el Reino Unido y centrada en China, sostiene que el historial de China de equiparar los deportes con su imagen nacional ha llevado a los observadores de los Juegos Olímpicos en el extranjero a estar atentos a las señales de política en éstos.

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“China, la política y los deportes son lo mismo”, señaló Thomas, que también agregó que quizás esa sea una de las razones por las que “ciertos comentaristas en Occidente ven el uso de los deportes por parte de China como una herramienta para el arte de gobernar en términos de posicionarse como una potencia creciente, emergente y eventualmente dominante en el mundo”.

El ascenso de China desde los olímpicos de 2008 hace que algunos países extranjeros esperen que los Juegos de este año de alguna manera "fracasen", dice Yun Sun, codirector del programa de Asia Oriental en el Centro Stimson en Washington DC.

“A nivel nacional, los chinos están tratando de manipular este evento para convertirlo en una ceremonia que impulse el patriotismo, pero eso inevitablemente se mete en la espinosa cuestión de las relaciones de China con los países con los que ha tenido problemas”, concluye Sun.

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