El primer ministro británico, David Cameron, insistió en que la soberanía de las islas Malvinas no es negociable, dos días después de que las fuerzas militares allí instaladas anunciaran que los recortes presupuestarios dificultaban la defensa del territorio ante un posible ataque argentino.
Gran Bretaña celebró ayer el 29º aniversario de la rendición de Argentina en la guerra que libró contra el Reino Unido por las islas del Atlántico Sur.
"Mientras las islas Falklands (denominación británica de las Malvinas) quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia", afirmó Cameron en el Parlamento.
Cameron respondió así a la sugerencia del presidente de Estados Unidos para que aceptara negociaciones sobre el archipiélago, al igual que lo hizo una semana antes la Organización de Estados Americanos (OEA), con el fin de encontrar una solución pacífica.
Sin embargo, Sandy Woodward, el comandante que lideró la flota naval enviada por Londres en 1982 al Atlántico Sur, hace 29 años, opina que "con las cosas como están, tendremos serias dificultades para defender lo que sea que esté más allá del English Channel”, según citan las agencias en un medio británico.
Woodward acusa a la falta de un portaaviones operacional y un debilitado apoyo estadounidense a la soberanía británica como las carencias de Gran Bretaña. "La simple realidad es que sin un portaaviones y sin Estados Unidos, no tendríamos ninguna esperanza de hacer lo mismo". Las Malvinas "están ahora peligrosamente cerca de ser indefendibles", añadió.
El gobierno de Cameron recortó en un 8% el presupuesto de Defensa para reducir el déficit público.
Argentina y Gran Bretaña se enfrentaron en una guerra por la soberanía del territorio en 1982, décadas después de que Argentina comenzara a reclamar las tierras que estaban en poder de Gran Bretaña desde 1833.