Los 43 hispanos en el próximo Congreso no solamente integrarán la mayor representación de la historia, sino que la elección de noviembre también generó logros inéditos: la legisladora más joven jamás electa, dos latinas representantes de Texas, un hispano de Ohio y una ecuatoriana de nacimiento.
Uno de los 43, el representante por Nuevo México, Ben Ray Luján, ocupará la cuarta posición más elevada en el liderazgo demócrata y se convertirá en el hispano de mayor jerarquía en la historia de la cámara baja. A su vez, la senadora por Nevada, Catherine Cortez Masto, será la primera latina encargada de ganar contiendas al Senado por el Partido Demócrata.
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Ante estos logros particulares cabe preguntarse: ¿Los 57 millones de latinos que viven en Estados Unidos pueden esperar logros importantes de los 35 demócratas y ocho republicanos que conforman la mayor representación hispana entre los 535 miembros del Congreso aun cuando los republicanos controlarán el Senado y la Casa Blanca?.
The Associated Press conversó recientemente con varios de los diez nuevos legisladores hispanos para conocer sus expectativas y su perspectiva sobre la política en Washington.
El representante Joaquín Castro, próximo presidente de un bloque de congresistas demócratas hispanos que tendrá una cantidad récord de 39 integrantes desde su fundación en 1976, calificó los dos años de gobierno de Donald Trump como “ataques implacables contra la comunidad latina”.
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Además de impulsar un muro fronterizo que México rechaza y de llamar “violadores” y “criminales” a los inmigrantes mexicanos, Trump envió el mes pasado tropas a la frontera sur ante una caravana de inmigrantes centroamericanos que caminaban hacia Estados Unidos.
El mandatario también intentó prohibir la solicitud de asilo a inmigrantes que ingresen a su país sin autorización, pero un juez federal le impidió implementar la medida de manera inmediata.
Castro dijo que su bloque perseguirá una larga lista de prioridades, incluyendo una reforma migratoria integral, la reconstrucción de las zonas destrozadas en Puerto Rico por el huracán María, incrementar el salario mínimo, disminuir el costo de la atención médica y aplacar las consecuencias del cambio climático.
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Por su parte, el demócrata de California Gil Cisneros, un oficial naval retirado de 47 años de edad, ganador de un premio multimillonario de lotería en 2010 y cuya bisabuela nació en Los Ángeles cuando aún era parte de México, está convencido de que el próximo Congreso puede alcanzar la primera reforma migratoria en 30 años y que podría definir la situación de 11 millones de inmigrantes no autorizados, latinoamericanos en su mayoría.
“La reforma migratoria puede ocurrir”, dijo. “La cámara baja la aprobará y creo que los votos aún están allí en el Senado”, que en 2014 aprobó un proyecto de ley bipartidista al que la mayoría republicana rehusó someter a votación en la cámara baja.
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El demócrata por California Mike Levin, de 40 años, también considera que “hay algunos en el lado republicano que desean ver una reforma migratoria sensata”.
“Tenemos que dejar atrás la tóxica retórica anti-inmigrante, y tenemos que trabajar juntos para intentar crear un sistema migratorio que mantenga nuestra frontera segura. Podemos hacer ambas cosas y tenemos que hacerlas”, agregó el abogado ambientalista cuyos abuelos maternos emigraron de niños desde los estados mexicanos de Durango y Culiacán sin hablar inglés, tener dinero ni educación.
La demócrata por Nuevo México, Xochitl Torres Small, de 33 años, admitió que ha sido complicado alcanzar apoyo bipartidista en el Congreso, pero afirmó que lo intentará.
“Fui electa con un interés realmente claro en la solución de problemas y en trabajar más allá de la línea partidista para identificar oportunidades de lograr cosas”, dijo la abogada que egresó de Georgetown University con un título summa cum laude y cuya abuela es mexicana.
Cisneros, Levin y Torres integran el grupo de cinco nuevos legisladores demócratas hispanos que ganaron en distritos controlados por republicanos.
El representante por Ohio, Anthony González, el único republicano entre los diez nuevos legisladores hispanos electos el mes pasado, coincidió con sus contrapartes demócratas que el primer paso en el tema migratorio debería ser una solución legislativa permanente para los 700.000 inmigrantes traídos al país sin autorización cuando eran niños o que vinieron con familias cuyas visas expiraron.
Trump intentó poner fin al Programa de Acción Diferida (DACA por sus siglas en inglés), que protege a esos inmigrantes de la deportación, pero el mes pasado una corte federal de apelaciones impidió al gobierno acabar de manera inmediata con el programa creado durante el gobierno de Barack Obama.
Pese a que coincide en la urgencia de resolver la situación de los llamados “soñadores”, González, de 33 años, expresó reservas sobre la posibilidad de alcanzar acuerdos bipartidistas en migración, atención médica o infraestructura.
“Me encantaría abordarlos todos. Son temas importantes y nuestro país necesita que los abordemos. ¿Cuáles son las oportunidades? Tendremos que ver”, dijo el empresario y exjugador estrella de fútbol americano por Ohio State University.
González, cuya abuela salió de Cuba en 1960 y le inculcó la pasión por arroz con pollo, boliche y otros platos de la gastronomía cubana, dijo que asumirá con seriedad la responsabilidad de ser el primer latino electo al Congreso por Ohio pese a que su distrito tiene un electorado hispano de apenas dos por ciento. “Sé que tengo una responsabilidad de ser una voz y ser alguien al que la comunidad latina en Ohio se pueda acercar con sus problemas”, indicó.
González admitió que su victoria, la única de ocho candidatos republicanos hispanos nuevos en ocho estados, pudiera ser un indicio de las dificultades que su partido encuentra para comunicarse con hispanos conservadores debido a la retórica de Trump sobre los latinos.
Según AP VoteCast, la encuesta nacional de The Associated Press para las recientes elecciones de medio término, 67% de los votantes hispanos de medio término dijeron que desaprueban la labor de Trump en la presidencia, mientras que cerca de un tercio dijo que lo aprueba.
“Algo que quiero hacer es llevar el mensaje conservador a comunidades donde típicamente no hemos tenido éxito y al menos sentarme a entender a las personas”, indicó. “El Partido Republicano tiene que lucir más semejante a Estados Unidos. Tiene que hacerlo”.
Francisco Pedraza, un politólogo de la Universidad de California, plantel de Riverside, ve improbable que este grupo de legisladores latinos pueda lograr una reforma migratoria integral, pero subraya la importancia de tener legisladores hispanos en las diferentes comisiones para presentar la perspectiva latina sobre temas claves.
“Esa presencia va a ser muy importante”, dijo. “Con esa experiencia, van a subir a las posiciones de líderes en los comités y allí es donde viene el poder, pero eso va a tardar un poco más de tiempo”.
Pedraza atribuyó la mayor representación latina de la historia a una mayor participación generada por los comentarios de Trump, pero advirtió que solo se puede explotar el poder potencial del voto hispano cuando los partidos comiencen a invertir de manera seria para atraer a los votantes latinos. “Simplemente estar enojados no es suficiente”, señaló.
Los latinos son la principal minoría étnica o racial del país y constituyen el 18% de la población total, pero su impacto político se ve debilitado por una baja participación electoral.
Según Pew Research Center, una cifra récord de 29 millones de latinos reunieron los requisitos para votar en los comicios de noviembre.
El Partido Demócrata reportó que este año los latinos incrementaron su participación en el voto anticipado en 174%, en comparación a 2014.