Desde el año 2105, la región de América Latina y el Caribe vive el fenómeno de éxodo venezolano más grande de la historia… y la cifra de migrantes y refugiados venezolanos aumenta cada día. Si para junio de este año, se ubicaba en un poco más de cuatro millones de personas, según el Informe de Refugiados Venezolanos del Grupo de Trabajo de la OEA; este número queda en un vago recuerdo ante la cifra actual arrojada por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, que indica que ya se acerca a los cinco millones y medio.
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Ante la medida tomada por seis países de la región de exigir una visa a los venezolanos que intenten cruzar a su territorio, y la negativa del gobierno de Ecuador de abrir un corredor humanitario para aquellos que quieran ir de tránsito hacia otro destino, David Smolansky, Coordinador del Grupo de Trabajo de la OEA para Asistencia de Refugiados Venezolanos, indicó que “estas restricciones migratorias, lejos de resolver el problema, más bien lo va a agudizar porque puede generar un embudo humanitario en Colombia y además de eso puede hacer que muchas otras personas estén tomando vías peligrosas para llegar a otros países, como por ejemplo, embarcaciones al Caribe, que varias han naufragado en los últimos meses”, señaló en el programa Foro de la Voz de América, conducido por Gonzalo Abarca.
Para el analista y Doctor en leyes, Carlos Ponce, la llegada de venezolanos profesionales a hacer vida en otros territorios, “era muy buena cuando se iban los profesionales venezolanos, médicos, ingenieros, profesores, que llegaban ya con una maestría o con un doctorado y que llegaron a construir junto a un país que necesitaba una carga adicional de profesionales; ahora están preocupados porque la nueva carga que viene saliendo son personas adultos mayores, son embarazadas, son personas con algunos problemas adicionales, discapacitados… entonces, ahora sí es un problema”.
Pero, “[este éxodo de venezolanos] puede representar una oportunidad para América Latina y el Caribe” – señala Smolansky – “porque el venezolano que hoy huye de la tiranía de Maduro, lo que quiere es trabajar, emprender, estudiar, lo que quiere es una oportunidad, no importa que sea en Ecuador, en Chile, en Uruguay, en Brasil o en Colombia. Aquí es muy importante la solidaridad”.
Por esta razón, la Oficina de la Secretaría para la crisis de inmigrantes venezolanos de la OEA pide dos acciones “muy importantes”: al venezolano debe dársele estatus de refugiado, según lo establece la Declaración de Cartagena de 1984; y hay que aumentar la presión para que haya un cambio político de fondo en Venezuela.
La comunidad internacional debe aumentar su apoyo
Y no sólo en la acogida de venezolanos que huyen de la violencia, inseguridad y falta de servicios básicos de salud y educación, según afirma Smolansky; sino “que debe haber más apoyo a los países de América Latina y el Caribe que hoy son receptores de refugiados venezolanos (…) Esa ayuda no sólo se traduce en inmigrantes y refugiados, sino que se traduce en apoyo para brindar educación, salud, documentación y de esta forma se pueda proteger a una población que hoy sale por una tiranía”.
Y en busca de un cambio político en Venezuela, que pueda detener la crisis de refugiados, es que la comunidad internacional debe unirse, según la opinión de Ponce, “si no se atiende, si no se saca la narcodictadura, si no se imponen sanciones, no solamente de Estados Unidos, sino de los demás países; estamos contribuyendo a que este problema siga. El negocio del migrante también está por detrás. Es mejor tener unos migrantes que tienen una asignación de fondos, por ejemplo Estados Unidos que da 400 millones, de los cuales 200 millones se quedan en las organizaciones de asistencia al migrante… el gobierno mismo del dictador Nicolás Maduro, le conviene porque eso es un negocio, sales de personas que no tienes que atender y después, cada migrante, le envía 10 ó 20 dólares a sus familiares en Venezuela, y así le entran al gobierno una serie de remesas que permite que la economía se oxigene”.
Brasil: Todos los venezolanos tiene estatus migratorio
Durante su participación en el programa Foro de la Voz de América, conducido por Gonzalo Abarca, la Embajadora del Gobierno Interino de Venezuela en Brasil, María Teresa Belandria, señaló que “el caso de Brasil es diferente porque la frontera tiene una sola vía de entrada, a diferencia de lo que ocurre con Colombia y otros países. Pero además, desde 2017 el gobierno de Brasil implementó un tema de seguridad en la frontera y comenzó a ordenar el éxodo. (…) Esto se hizo bajo la “Operación Acolhida” manejado por el ejército de Brasil, en el que se estableció un punto de entrada, donde cada venezolano que cruza la frontera, es identificado, es vacunado y se le ofrecen las opciones que la Organización Internacional de las Migraciones y ACNUR le brindan; es decir, que puede escoger entre refugio o residencia temporal”. De esta manera, todos los venezolanos en territorio brasilero tienen un estatus migratorio, cosa que no sucede en ningún otro país.
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El presupuesto destinado por el gobierno de Brasil para atender la crisis de refugiados venezolanos, se ubica en un poco más de 150 millones de dólares, acotó la Embajadora Belandria. Cabe destacar que Brasil no está pidiendo visa a los venezolanos… al menos, no por el momento.