China está aprendiendo de la guerra de Rusia en Ucrania para mejorar la capacidad táctica de sus fuerzas armadas y prepararse de cara a posibles sanciones económicas si Beijing alguna vez decidiera atacar a Taiwán, aseguran expertos.
Asimismo, el gigante asiático también podría estar valorando soluciones pacíficas para Taiwán, agregan.
Desde su invasión el 24 de febrero, Rusia se enfrenta a una resistencia militar más fuerte de lo esperado en Ucrania, especialmente en las calles, junto con duras sanciones económicas lideradas por Occidente y una cada vez mayor asistencia militar desde el extranjero.
Los funcionarios chinos estarían buscando formas de apoderarse de Taiwán relativamente rápido al apuntar a los centros de comunicaciones de la isla y las principales instituciones políticas, estiman algunos analistas. Dicen que China necesitaría más apoyo logístico para cualquier ataque anfibio a la isla -que está a 160 kilómetros de distancia- y un mensaje mediático para respaldar cualquier invasión.
Chen Yi-fan, profesor asistente de diplomacia y relaciones internacionales en la Universidad de Tamkang en Taiwán, afirma que la lección para el gobierno chino es que necesitará prepararse mejor, con "apoyo logístico suficiente para la operación anfibia, así como una gran cantidad de municiones, como artillería y misiles, si decide atacar Taiwán”.
“Lo más importante es que necesita dominar el terreno moral a través de la guerra cognitiva y el discurso de los medios”, agrega.
Reveses rusos
Simultáneamente que Ucrania anunció el 3 de abril que sus fuerzas habían retomado toda la zona alrededor de la capital, Kiev, Rusia afirmó que su ejército se concentraría en dos regiones separatistas del este de Ucrania en lugar de la capital o el interior del país: Lugansk y Donetsk.
El efecto de la potencia de fuego rusa está "sobreestimado", mientras que los sistemas de armas avanzados tienen "suministros limitados de municiones", advirtió un coronel ruso retirado en febrero antes de la guerra, que fue citado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington. El militar vaticinó, además, el derramamiento de sangre del combate urbano.
En un pronóstico del 23 de marzo, el Instituto de Finanzas Internacionales dijo que la economía de Rusia se contraerá en un 15% este año debido a la guerra.
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China contra Taiwán
China ha reclamado la soberanía sobre Taiwán desde la guerra civil de la década de 1940, cuando los nacionalistas de Chiang Kai-chek perdieron ante los comunistas de Mao Zedong y establecieron una presencia en la isla cercana. Los dos lados se han autogobernado desde entonces.
Las conversaciones entre ambos países se rompieron en 2016, después de que la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, asumiera el cargo. Su partido político se opone a la unificación. Los aviones de la fuerza aérea del Ejército Popular de Liberación vuelan casi a diario a través de un rincón de la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.
Beijing nunca ha descartado el uso de la fuerza, si es necesario, para unificar a las dos partes.
La guerra más reciente de China en cualquier parte del mundo ocurrió en 1979, cuando tomó el control de varias ciudades cerca de su frontera terrestre compartida con Vietnam, pero no logró evitar que éste derrocara al gobierno pro-Beijing de Pol Pot en Camboya.
Preparación de batalla
China, guardián de las terceras fuerzas armadas más fuertes del mundo, competiría con Taiwán, que ocupa el puesto 21 en términos de equipo militar y personal.
Sin embargo, los reveses de Rusia sugieren que cualquier ataque chino llevaría tiempo, posiblemente más de lo que China está preparada, dicen algunos expertos.
“Si Beijing quiere tomar Taiwán por la fuerza, no actuará hasta que esté convencido de que puede ganar de manera determinante y rápida”, señaló el pasado 8 de marzo James Jay Carafano, académico de la Fundación Heritage.
China optaría por una batalla centrada en la desactivación de instalaciones militares y la "decapitación" de los líderes taiwaneses para garantizar que nadie se quede en el terreno como un "héroe", sostiene Alexander Huang, presidente de una fundación de investigación de estrategia militar en Taipei.
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El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, ha pedido ayuda militar a varios países simpatizantes, y la ha recibido.
“Creo que gran parte de la discusión dentro de China es cómo realizar un bloqueo total de información para que Taiwán no pueda pedir rescate”, agregó Huang.
Los líderes militares chinos deberían repensar su estructura de mando, explicó Derek Grossman, analista senior de defensa de la organización de investigación RAND Corporation, con sede en EEUU.
De acuerdo con el experto, “es una pregunta abierta si un comandante de campo puede apretar el gatillo en muchos de estos casos. Es posible que aún necesiten obtener la autorización de Beijing”.
Preparándose para las sanciones
Es probable que Beijing vuelva a calibrar sus expectativas para la respuesta internacional a cualquier ataque a Taiwán, dijo Tong Zhao, investigador principal del Centro Tsinghua de Política Global de Carnegie Endowment en Beijing, en una conferencia organizada por la estación de radio WBUR de Boston .
“China está muy sorprendida por la respuesta occidental”, aseguró Zhao. “Creo que esto demuestra que incluso los expertos rusos no sabían que iba a haber un apoyo internacional tan fuerte para Ucrania. Creo que los expertos chinos están comenzando a reevaluar estas estrategias y políticas”.
Los funcionarios en China están preparados solo para sanciones económicas "limitadas" que duran de tres a cinco años, afirmó Oriana Skylar Mastro, miembro del Instituto Freeman Spogli de Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford, quien habló en el evento WBUR.
En comparación con Rusia, China depende más de otros países para la estabilidad económica. Es el mayor exportador mundial de productos manufacturados, con el 14,7% desde 1978 hasta 2020, estima la agencia de la ONU UNCTAD .
Solución pacífica
El primer ministro chino, Li Keqiang, dijo que se comprometió a “avanzar en el crecimiento pacífico de las relaciones y la reunificación de China”, cuando se le preguntó a principios de marzo sobre Taiwán.
Es posible entonces que los funcionarios en Beijing estén actualmente explorando para encontrar una solución no militar, dijo Huang. Taiwán y China han estado en desacuerdo desde 2016 sobre cómo tratarse mutuamente en cualquier conversación, como países separados.
“Las lecciones [de Ucrania] envían una gran alerta a Beijing [de que] si no pueden lograr el objetivo militarmente, rápidamente, será un desastre geoestratégico, y eso podría llevar a Beijing a pensar más en otras medidas, no en las militares. opción”, concluyó.
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