El Reino Unido y el mundo se despidieron por última vez de la reina Isabel II en un funeral de Estado el lunes al que asistieron presidentes y reyes, príncipes y primeros ministros, y multitudes que se congregaron en las calles de Londres para honrar a una monarca cuyo reinado de 70 años definió una era.
Un día repleto de eventos en Londres y Windsor comenzó temprano cuando las puertas de Westminster Hall, de 900 años de antigüedad, se cerraron para los dolientes después de que cientos de miles se presentaran frente a su ataúd cubierto con banderas.
Muchos habían esperado horas en la fila, incluso durante las noches frías, para asistir al funeral, en una efusión de dolor y respeto colectivo.
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Los portadores del féretro formados por miembros del 1er Batallón de la Guardia de Granaderos tomaron el ataúd de la reina Isabel II de Westminster Hall para una procesión solemne a la cercana Abadía de Westminster, donde se llevará a cabo su funeral de Estado.
El ataúd de la difunta monarca estuvo en capilla ardiente en Westminster Hall durante cuatro días. Cientos de miles de personas desfilaron por allí para presentar sus últimos respetos.
El lunes por la mañana, el ataúd fue colocado en un armón, para ser conducido por 142 miembros del personal de servicio de la Armada Real a la abadía cercana entre multitudes de dolientes que bordeaban la ruta.
El carruaje de armas también se utilizó para los funerales de Eduardo VII, Jorge V, Jorge VI y el ex primer ministro Winston Churchill.
El rey Carlos III y otros miembros de la familia real, miembros de la Casa del Rey y la Casa del Príncipe de Gales siguieron el ataúd.
Jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo han volado a Londres para asistir al funeral de Isabel II.
Se informó que la reina participó en la planificación de algunos de los detalles de su despedida final.
El decano de Westminster, David Hoyle, presidió el servicio, frente a unas 2.000 personas, desde líderes mundiales hasta trabajadores de salud se reunieron para recordarla.
El féretro estaba cubierto con el Estandarte Real y sobre él se encontraba la Corona Imperial de Estado, que brillaba con casi 3.000 diamantes, y el orbe y el cetro del soberano.
“Aquí, donde la reina Isabel se casó y fue coronada, nos reunimos desde todo el país, de la Mancomunidad y de las naciones del mundo, para llorar nuestra pérdida, para recordar su larga vida de servicio desinteresado y en segura confianza confiarla a la misericordia de Dios nuestro hacedor y redentor”, dijo Hoyle.
El servicio concluyó con dos minutos de silencio guardados en todo el Reino Unido, tras los cuales los asistentes cantaron el himno nacional, ahora titulado 'Dios salve al Rey'.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, dijo en su sermón en el funeral que “pocos líderes reciben la efusión de amor que hemos visto” por Isabel II.
La Abadía de Westminster también fue el lugar de la coronación de Isabel en 1953 y de su boda con el príncipe Felipe en 1947.
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Después del funeral, el rey Carlos III y otros miembros de la familia real, en una procesión a pie, acompañaron el ataúd de Isabel hasta Wellington Arch, la última parada de los restos de Isabel antes de su entierro en el Castillo de Windsor.
El más reciente funeral de Estado del Reino Unido se llevó a cabo hace casi 60 años para Winston Churchill, el primer ministro que llevó a Gran Bretaña a la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
[Con información de The Associated Press y Reuters]
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