Madres de varias de las 300 víctimas de la represión estatal en Nicaragua honraron su memoria este fin de semana durante la conmemoración del día de los muertos.
La Asociación Madres de Abril (AMA), que agrupa a las madres y familiares de las personas que murieron víctimas de la represión durante la crisis social en Nicaragua, recordó a sus deudos con una misa en la catedral de Managua.
Susana López, madre del estudiante Gerald Vásquez, muerto durante el ataque de paramilitares a la iglesia Divina Misericordia, dijo que persistirán en su demanda de justicia al gobierno del presidente Daniel Ortega.
“Es lamentable no tener a mi hijo, porque en vez de estar en familia tranquilo en nuestros hogares, andamos conmemorando su memoria, y vamos a seguir exigiendo siempre justicia y verdad, es doloroso participar en una misa”, dijo Vásquez entre lágrimas.
En varios departamentos del país se realizaron misas, se levantaron altares con fotografías y piquetes, para recordar la memoria de los jóvenes que perecieron víctimas de la represión.
Al mismo tiempo, integrantes de la Asociación de Madres de Abril denunciaron que varias tumbas de estudiantes muertos durante la represión fueron profanadas por supuestos simpatizantes sandinistas.
Elizabeth Velázquez, madre de Josué Mojica, quien pereció durante la operación limpieza en Carazo, denunció que la tumba de su hijo fue destruida.
“No les bastó con solo asesinarlo, ellos siguen ensañándose también, haciéndonos daño, ¿a él que pueden hacerle?, pero a mi me están haciendo mucho daño, a la familia le están haciendo mucho daño, ya basta de eso, mucho daño nos han hecho y todavía siguen”, declaró a medios de comunicación.
Las autoridades policiales no se han referido al tema de las profanaciones en los cementerios, mientras agentes uniformados se movilizaron en varios puntos para impedir concentraciones de la oposición.
Más de 328 personas murieron por la represión contra las protestas civiles desde el 19 de abril de 2018, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El gobierno de Nicaragua mantiene la versión oficial que en las protestas sociales perdieron la vida menos de 200 personas, producto de lo que califica como un golpe de Estado fallido financiado por el gobierno de Estados Unidos.
Además el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega ha expresado en reiteradas ocasiones que tras las protestas sociales, el país recupera su normalidad, dejando atrás los hechos de violencia que se registraron durante el año 2018.